— Entonces, ¿te dijo que se iba a casar?
Jaekyung apenas desvió la mirada del camino polvoriento por el que carrozas y carretas llenas de heno, o de personas, pasaban sin cesar. A su lado, un hombre de porte elegante, con un largo cabello dorado como el sol, ojos de un verde profundo y una vestimenta adornada con escamas doradas, permanecía sentado. Los ojos de Jaekyung no se dirigieron a él, pero un profundo suspiro escapó de sus labios.
— No sé de qué se trata exactamente, pero lo que sea lo ha mantenido lejos durante demasiado tiempo.
El elegante hombre soltó una breve carcajada que irritó al azabache, quien frunció ligeramente el ceño antes de recibir una mirada compasiva.
— Así son los humanos, hermano mío —dijo el hombre de cabellos dorados, posando una mano en su hombro—. Unen sus vidas a otros humanos y lo llaman matrimonio.
— ¿Quieres decir que Kim Dan va a unir su vida a otro humano?
— Exactamente. Es algo común, sobre todo en alguien como él, que pertenece a la alta sociedad.
La expresión de Jaekyung era difícil de descifrar, una mezcla de desconcierto y molestia. No obstante, no tenía intención de dejar ver lo que realmente sentía.
— Tú, que eres capaz de cambiar de forma... ¿alguna vez has presenciado cómo se unen los humanos?
El hombre de cabello dorado arqueó una ceja antes de soltar una carcajada resonante.
— Oh, hermano... No creerás que tengo que explicarte cómo se reproducen los humanos, ¿verdad?
— ¿Qué? ¡No! No me refería a eso. Lo que quiero decir es...
— ¿Te preocupa qué sucederá con tu pequeño amigo cuando se case? Bueno, a lo largo de mis años en la tierra, he presenciado muchas bodas y uniones humanas. Y debo confesarte algo: en una de ellas, yo fui el novio.
— ¿Qué? ¿Estás diciendo que tú...
— Es una larga historia, pero sí, hace muchos años, yo, el gran dragón dorado, me enamoré perdidamente de un humano. Gracias a él, hoy puedo cambiar de forma.
Jaekyung no podía creerlo. Que su hermano, la criatura más antigua de la creación, hubiese sentido amor por un humano le parecía no solo increíble, sino también aterrador.
— ¿Y qué pasó con ese humano?
Después de un largo y pesado suspiro, el hombre respondió.
— Hay algo que siempre nos diferenciará de los humanos, hermano mío. Nosotros somos inmortales, pero sus vidas son efímeras y fugaces. No importa cuán fuerte sea el sentimiento, la realidad es que nuestros mundos no pueden unirse. A veces me pregunto si realmente vale la pena ser como somos.
Jaekyung comprendió entonces que aquel humano del que su hermano le hablaba ya no existía. Y aunque eso le trajo cierto alivio, una duda crecía en su interior. ¿Acaso él realmente no sentía nada por Dan, o si...?
Los meses siguieron su curso, y con ellos se pudo notar el cambio de las estaciones. Día tras día, Jaekyung esperaba el regreso de Kim Dan, pero su pequeño amigo parecía no volver nunca. Durante ese tiempo, aprendió más sobre los humanos, tal vez influenciado por las enseñanzas de su hermano. Descubrió el uso del dinero y con él compró muchos regalos: juguetes y dulces que aguardaban ser entregados cuando Kim Dan regresara. Pero el tiempo no se detenía y, antes de darse cuenta, los meses se convirtieron en años.
Con la llegada de la primavera, el pueblo celebraba las festividades en honor a los dioses de las flores. Las calles se llenaban de gente comprando rosas y flores de colores vibrantes. Todo el mundo parecía feliz, ya que se decía que en esas fechas los dioses bendecían a las familias con hijos. Sin embargo, en el bosque reinaba un silencio profundo, tan absoluto que costaba creer que el bullicio existía más allá de los árboles.
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¿Destino O Desgracia?/ Jinx Fanfic
FanficEspero que cuando me recuerde, no sea demasiado tarde su majestad...