Capítulo 6

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Por todas partes resonaban los potentes golpes del gong desde la torre más alta del palacio, anunciando que el nuevo emperador pronto sería coronado. Era el inicio de una nueva era para la corte real y todo el reino. El príncipe Joo Jaekyung recibiría la corona de tres cuernos, como lo hicieron todos sus antepasados, adquiriendo así el título de "hijo del gran dragón".

Mucho antes de que el astro rey iluminara el palacio, el bullicio era evidente. Nobles de distintos rincones del reino, e incluso de más allá de sus fronteras, viajaron hasta el palacio para presenciar la coronación. La expectación era palpable, pues todos se preguntaban qué clase de soberano sería el hijo de Joo Youn-Jae, quien en su tiempo fue un monarca muy respetado por haber mantenido la paz desde su juventud hasta el momento en que cerró los ojos para siempre.

En la sala del trono se reunían numerosas personas: sacerdotes, ministros y consejeros reales. Era un momento de suma importancia, pero sus semblantes se ensombrecieron cuando el jefe del harén irrumpió despavorido en la estancia.

—Explica bien lo sucedido —le exigió el consejero mayor—. ¿Dices que Su Alteza aún no ha despertado?

—Así es, mi señor. El séquito de sus sirvientes y asistentes personales aguarda a las puertas de sus aposentos, pero ni siquiera la ventana de Su Majestad, que da al gran jardín, ha sido abierta.

—¡Por los dioses! En un día como este, no puede ocurrir algo así. Debemos despertar al príncipe de inmediato...

¡Apártense, exijo que me dejen entrar! —Desde las afueras de la sala del trono, en las puertas principales, se oía un escándalo creciente.

—¿Qué sucede? —se preguntaron los consejeros, inquietos al escuchar el bullicio.

—¡Hasta que por fin me reciben! —dijo Seo-Min, presentándose con el cabello desordenado y la túnica de dormir, mientras los guardias intentaban detenerlo.

—¿Qué clase de situación es esta?

—Exijo que se me escuche. Yo, Kang Seo-Min, he sido tratado como un omega cualquiera, rebajado de mi alta posición como favorito del príncipe por culpa de una escoria de omega que...

—¡Silencio! —lo reprendió un consejero—. ¿En qué lugar crees que estás, jovencito? ¿Cómo te atreves a aparecer de esta forma aquí? Es inadmisible.

—Por supuesto que tenía que aparecer aquí. Soy hijo del gran príncipe de las costas del sur; no puedo ser tratado como uno más.

—¿De qué estás hablando?

—Hablo de que Su Alteza, nuestro amado príncipe, planeaba pasar la noche conmigo, pero un omega, un tipejo que ni siquiera forma parte del harén, osó presentarse ante Su Alteza y lo sedujo al punto de que Su Alteza me despreciara por completo. No puedo aceptar algo así, ¡es una gran falta de respeto!

—¡Cierra la boca, mocoso! Estás hablando deliberadamente de tu emperador. Si Su Alteza decide dormir con un plebeyo o un sirviente, no es asunto tuyo. ¿Acaso eres la emperatriz? Así que, cuida tus palabras al referirte a tu soberano de ahora en adelante.

Indignado, el pelirrojo dio media vuelta y abandonó la sala del trono entre murmullos.

Los consejeros fruncieron el ceño. Su Alteza dormía con muchos de sus concubinos, pero jamás había descuidado sus deberes por ellos. Algo extraño estaba ocurriendo.















Las dos grandes puertas de los aposentos reales se abrieron, y enseguida todos los sirvientes del gran príncipe bajaron la cabeza, a la expectativa de que Su Alteza saliera por fin.

¿Destino O Desgracia?/ Jinx Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora