Capítulo 8

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En el extenso comedor real, solo se escuchaba el suave tintineo de los cubiertos contra la fina porcelana. La atmósfera era tensa, y un silencio sepulcral envolvía a la familia real.

Como era costumbre, el emperador tenía la prerrogativa de tomar su desayuno con los miembros de su familia si así lo deseaba. Aquella mañana, había solicitado la compañía de su hermana y su sobrino.

Sin embargo, no parecía ser del agrado de los presentes estar allí. Especialmente para Heesung, que apenas probaba bocado.

— ¿Van a decirme qué les pasa, o acaso pretenden actuar como almas en pena todo el día? — el emperador los miró brevemente mientras acercaba una copa de vino a sus labios.

— Perdón, su majestad — habló finalmente la princesa — pero sigo creyendo que fue de mala educación no invitar a su prometido al desayuno real.

Jaekyung colocó la copa sobre la mesa con un suspiro largo y entrelazó los dedos, mirando a su hermana con una mezcla de indiferencia y desdén.

— No vi necesario invitar a extranjeros a mi desayuno.

— P-pero el joven Park Jin-Hyeon es su prometido, su majestad, y en cuanto engendren un hijo, será el...

— Tú también, nuna — molesto, golpeó la mesa con los puños, creando un estruendo que resonó en el comedor — yo no elegí casarme con ese omega; fue una brillante idea de padre y tuya. Así que no insistas en ese absurdo.

La princesa frunció el ceño y se contuvo de decir algo más. Claramente, no era el momento adecuado.

— Con su permiso — la mujer se levantó haciendo una reverencia — me retiro primero, majestad.

El alfa asintió ligeramente y observó a su hermana desaparecer por la puerta del comedor.

— Yo también deseo retirarme, su majestad — Heesung se puso de pie, con la mirada baja.

— ¿A dónde crees que vas? — el tono de Jaekyung era todo menos amistoso.

Heesung no se atrevió a mirarlo a los ojos y permaneció junto a la mesa, tenso.

— Teníamos un trato, ¿recuerdas?

El príncipe lo miró, frunciendo el ceño, tratando de recordar de qué trato hablaba su tío.

— Veo que tienes pésima memoria — dijo el monarca con una sonrisa burlona — pero te lo recordaré. Dijiste, o más bien prometiste, que pasarías una noche con mi prometido y lo embarazarías, así yo me libraría de...

— No — interrumpió Heesung de repente, sin mirarlo — no pienso hacer tal cosa, majestad.

— Ja~ ¿y a qué se debe tu repentino cambio de parecer, querido sobrino?

— No es mi deber dormir con el futuro consorte imperial, sino el suyo, así que...

— Vaya, vaya — el alfa se acercó a su sobrino, desafiándolo con la mirada — parece que olvidas quién es el emperador.

Heesung apretó la mandíbula y clavó la vista en la mesa, hervía de rabia.

— Pero está bien, todo el mundo tiene un precio — el alfa retrocedió y volvió a sentarse en uno de los extremos de la mesa — ¿cuál es el tuyo, príncipe Heesung?

Los ojos ocres de su sobrino lo miraron, llenos de una determinación inesperada.

— Sé que prometí ayudarle, su majestad, pero como usted mismo ha dicho, todo tiene un precio. Estaré con ese omega a cambio de una condición.

— Adelante, ¿qué deseas, Choi Heesung?

— A partir de ahora, dejará al omega Kim Dan en paz. No lo volverá a buscar ni maltratar. Entienda que él no forma parte de su harén, así que por favor, déjelo tranquilo.

¿Destino O Desgracia?/ Jinx Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora