Enseñanzas en el Establo y Romance

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—¿De verdad harías eso por mí? —pregunté, aun dudando de su sinceridad. ¿porque me quiere ayudar?, con tal que no sea cómplice de la madre de Alejandro.

—Claro, señora. Usted es diferente a las demás. No sé por qué, pero siento que merece ser feliz con el señor Alejandro. Y créame, su madre es un hueso duro de roer, pero juntas podemos lograrlo —respondió Lorena, con una determinación que me contagió.

—¿Qué debo hacer primero? —pregunté, ansiosa por empezar.

—Primero, debe aprender a manejarse en los eventos sociales. Dentro de 15 días hay una cena de gala organizada por los padres del señor Alejandro, donde no podrá deshacerse de su madre, y mucho menos su padre que es peor que la señora, la cosa es que, como empresa, siempre tiene que ir la asistente del señor Alejandro, por lo que tendrás que sobrevivir de esa víbora amargada. Debe estar perfecta. Yo me encargaré de todo, desde el vestido hasta los temas de conversación más seguros —dijo Lorena, con la seguridad de quien conoce bien su trabajo.

—No sé cómo agradecerte, Lorena. No tienes idea de lo importante que es esto para mí —dije, sinceramente agradecida.

—No se preocupe, señora. Para mí es un placer ayudarla. Ahora, déjeme pensar en el vestido perfecto para usted, aparte que él señor Alejandro déjame decirte que creo que es la primera vez que su mirada se ilumina y tiene un brillo espectacular cuando te ve. El vestido debe ser algo que impresione pero que no sea demasiado llamativo —respondió, ya sumida en sus pensamientos.

—¿Cuánto calza tu pie? —Me pregunta.

—Talla 8 señora —respondo con educación.

—Bueno, si iras a la empresa a trabajar este dia, o sacar pendientes, pues no olvides que si aparece la mamá de Alejandro tendrás que decirle que todo se le ve bonito, asi no te molestara más, o simplemente se quedara callada —me dice.

—Entiendo —le digo.

—Necesitara más que decirle esas palabras a la señora mamá —interrumpe la voz femenina.

—Hija, tampoco es para tanto —dice Lorena.

—Soy Milena, y bienvenida al mundo millonario, donde tendrás que sobrevivir, y comportarte como alguien diplomático, incluso con el señor Alejandro —me dice con ojos fijos.

—Mucho gusto Milena, supongo que ya sabes quién soy —le digo.

—Si, por cierto, el apuesto señor Alejandro no se fue de la mansión, sigue abajo desayunando, por cierto, te espera, dice que bajes a desayunar con él, supongo que pasaste una noche rica, sabrosa, y juguetona —me dice, como si supiera que tuve sexo con él.

—Bajare a desayunar con él —le contesto.

—Yo bajare tu bandeja de desayuno — me dice Lorena.

—Me cambiare de ropa, me pueden dejar a solas ya bajare —le digo.

—Claro, ponte ropa, es importante que tengas algo de ropa antes de ver al señor Alejandro —me dice con sonrisa pícara.

Suspiro la habitación se queda sola y me pongo ropa, dos minutos después bajo las gradas, y me encuentro a Alejandro.

—Dije lo primero que se me ocurrió creo que soy mal actor —me dice con una sonrisa.

—Señor Alejandro, no importa, siento lo de la bofetada, tampoco soy buen actriz —le digo bajando la voz.

—Ven a desayunar —me dice.

—¿Vamos a trabajar este dia? —Le pregunto.

—No, te enseñare a montar caballo —me dice.

—¿Montar caballo? —le pregunto.

Embarazada Del Jefe MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora