Lirio Araña

Capitulo 7

Yoshioka Mamoru tenía 18 años y estaba repitiendo el tercer año de preparatoria.

No era un mal estudiante, de hecho era bastante listo y hábil con las materias dedicadas a las ciencias duras. Alguna vez escribió en una hoja de elección vocacional que quería ser astrofísico o astrónomo. Las estrellas le llamaban y soñaba con poder estudiarlas.

Sin embargo su vida estaba marcada por la profesión que su padre había heredado de su abuelo, y que a su vez, él heredaría una vez llegado a los 19 años. Esa era la tradición en su familia, la peligrosa familia Yoshioka.

Líder de los barrios más peligrosos de Ciudad Sazonador, se hacían escuchar con la ayuda de la violencia.

Conoció a Arataka Reigen el día que este ingreso a la preparatoria de Vinagre Negro, su rostro claro y su cabello rubio eran demasiado peculiares. Cuando el chico se encontró con la mirada curiosa de Mamoru, lo único que hizo fue sonreír y el joven yakuza quedó flechado.

Llamaba mucho la atención, todo lo contrario a Mamoru que debido a su cabello negro y su actitud seria se alejaba de los problemas. A pesar de su profesión mantenía un perfil bajo con sus compañeros. Él único que sabía quién era y a lo que se dedicaba era su amigo de la secundaria, Teruki Hanazawa, a quién le tenía respeto porque podía derribar a 10 hombres de un golpe y con quién procuraba no tener problemas, porque además de ser también rubio - a Mamoru le gustaban los chicos rubios - era un tipo algo inestable emocionalmente hablando. Lo nombraron el líder secreto de Vinagre Negro y el yakuza lo apoyaba desde las sombras.

Pensó que Reigen sería parecido a Hanazawa, pero al contrario de aquel idol desquiciado, él era amable e indulgente, lo que le trajo muchos malentendidos con la gente equivocada. Chicas que fueron rechazadas y comenzaron chismes o compañeros que lo acusaban de acaparar la atención de sus novias.

Poco a poco se fue alejando de todos, sólo mantenía conversaciones con los chicos con quienes practicaba soccer algunos días después de clases.

Duró casi todo el año escolar así, viéndolo de lejos sin ánimos a acercarse. Sabía que todas las invitaciones que recibía de chicas, las había rechazado ¿qué le hacía creer que a él le haría caso? No había ningún indicio de que Reigen fuera gay y si lo fuera... ni siquiera sabía que sentía por él.

Llegó el festival escolar. La clase 2-5 a la que Mamoru pertenecía estaba encargada de hacer una casa de terror.

– Aburrido - pensó mientras el representante de clase seguía hablando.

– La clase 1-3 nos ayudará a organizarlo, debido a que ellos también quieren hacer una - dijo Joseph, el estudiante de intercambio que se había encargado de liderar a la clase durante todo el año – Al comité le pareció una buena idea para integrar a los alumnos de primero y ahorrar espacio en un mismo proyecto -

Algunos se quejaron, pero a Yoshioka no le importaba.

– Vamos a necesitar voluntarios para trabajar con la comitiva encargada de los disfraces formada por 1-3. - agregó sin hacer caso a los reclamos de sus compañeros - Vaya nunca los había visto tan animados - dijo con ironía al ver que sólo 4 personas levantaron la mano.

Dos golpes llamaron la atención de Joseph y todos en el salón.

– Lamento molestar Joseph - le dijo Reigen entrando al salón.

– No te preocupes Arataka, ¿qué sucede? -

Lo primero que saltó a la vista de Yoshioka era la falta de apelativos que había en su conversación, ¿por qué se dirigían cada uno al otro con su nombre de pila? ¿Qué había del respeto tradicional japonés?