Lirio Araña

Capitulo 9

Arataka compró dos helados, uno para él y otro para Mob, pero justo unos pasos antes de su destino un mensaje hizo vibrar su celular.

– Lamento no poder ir, pero tengo que ayudar a mi mamá con algunas cosas - el remitente era Mob.

– Vaya, supongo que tendré que comerme el de Mob... aunque la leche me cae mal... - miró consternado el mensaje mientras la golosina se derretía en sus manos. El azabache no faltaba a ninguna de sus sesiones de estudio... hasta ese día, pero para todo había una primera vez ¿no?

– ¿Desperdiciarás de esa forma ese helado? -

Volteó rápidamente. Mamoru, quien estaba detrás de él, le habló justo antes de quitarle el helado de vainilla de las manos.

– Yo me lo comeré por ti - en un rápido movimiento lo engulló, ocasionando a sí mismo un dolor de cabeza.

– ¡Oye! Eso no era para ti - reclamó Reigen - Deja de comportarte como un patán -

– Pero ese chico no va a venir ¿o si? - el yakuza pudo ver en los ojos color avellana una mirada de sorpresa mezclada con tristeza - hubiese sido una pena, ya que te animaste a comprarlos después de un buen rato, de hecho pensé que no lo harías... ¿no sabes que sabor le gusta a ese tipo? o ¿Qué te preocupaba tanto, Reigen? -

– Esas son cosas que no te incumben, no tengo porqué contarte lo que hago o dejo de hacer... - bajó la mirada con resignación - ¡Deja de seguirme, me molestas! -

– Olvídalo, tengo que cuidarte, sino este niño se va a enojar - Se refirió a él como un ente aparte - Además hay una energía negativa muy fuerte alrededor tuyo, eso atrae a muchos espectros, de hecho - se acercó demasiado a él - para varios nos... pareces apetitoso -

Hasta ese momento Yoshioka nunca le había comentado si podía ver fantasmas o si tenía poderes psíquicos. Claro, él también le guardó muchos secretos a su ex, pero ese tipo de cosas serían de las que presumiría el yakuza con tal de molestarlo.

Intuía lo que estaba sucediendo, pero temía que ese ya no fuese Mamoru... aún así, le daba curiosidad saber quién o qué estaba en ese cuerpo que conocía menos de lo que quisiera admitir.

– ¿Cómo está Yoshioka? - cuestionó - Por qué me puedo dar cuenta que tu no eres él - trato de mantener la calma.

– Él se encuentra bien, pero su alma aún está muy débil como para mover a voluntad este cuerpo. Pero no te preocupes, se recuperará - contesto calmado el joven, cómo si la posesión de ese cuerpo y la pregunta del rubio fueran cualquier cosa - Pensé que no te darías cuenta - escupió a lado y colocó sus manos en su cintura.

– Es imposible no darse cuenta - lo miró con severidad - no se parecen en nada... tu eres horriblemente cínico... Temo que eches a perder el esfuerzo que ha hecho Mamoru para no dejar que se sepa su verdadera profesión -

El chico de cabello negro lo miró sorprendido, luego sonrió y se acercó peligrosamente a Reigen.

– ¿Te preocupa, verdad? ¿Él fue quién te hizo llorar el otro día? - su rostro estaba demasiado cerca y parecía intimidante, sin embargo Reigen ni siquiera se inmuto.

– No sé de qué hablas - contestó el menor de ellos y entrecerró sus ojos fijándose en los prominentes círculos rojos en sus mejillas - te conozco... -

– No es sorprendente que no me recuerdes, sólo nos vimos una vez... ¡Ya sé, el chico que has estado viendo es el hermano de ese tal Ritsu! - sonrió nuevamente - Posiblemente, Mob , ya le hizo casó a su hermano y ahora no querrá verte más -

– ¡Eres el espectro que estaba en el techo de la escuela! ¡Ekubo! - por fin cayó en cuenta Arataka - Sabía que debía exorcizarte - le lanzó sal a la cara - ¡Sal de ese cuerpo! -