Capítulo 26: Odiándola.

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Cinco días después de la visita a la mansión Armstrong.
Cede de Dolce & Gabbana.

Freen's Pov.

Como es ya un acostumbre parezco fantasma entrando a la cede. Ya sé que el enamoramiento no puede matarte pero si deja un gran dolor en tu pecho. Escucho el saludo de la recepcionista que con su gran amabilidad siempre intenta rescatar un atisbo de sonrisa por mi parte.

—¡Freen, buenos días! —casi me asusto con la llegada tan efusiva y repentina de Tlankova —¿Todavía con ese aspecto tan demacrado lindura?

Ella lleva días intentando contentarme, en serio lamento que no lo haya conseguido. No es tan fácil olvidar como se dice.

—Buen día para ti Tania —intenté sonreír con suavidad —¿Cómo estás?

—Ahora que te veo mejor pero me disgusta esa tristeza en tus ojos —ella se mantenía atada a mi brazo —¿Qué hago para volver a ver una linda sonrisa?

—Quizás si te alejaras —una aguda y ronroneante voz llegó detrás de nosotras —Así podría estar mejor, lejos de tu veneno.

Su presencia me hace desear no existir, la extraño tanto, ese contacto de nuestras pieles, su mirada profunda fundida en la mía, todo de ella echo de menos.

—Si ya volvió la niña de papi —la ojiazul se separó un poco de mi para enfrentarla y yo hice lo mismo. Ella está tan bella, así con esa pose de firmeza y ese outfit tan elegante —Pensé que nos hacías el favor de desaparecer.

—¿Y acaso tu piensas? —contestó la ojiclara con altanería —Creía que tus neuronas estaba de vacaciones indefinidas.

Ella parece molesta pero mantiene ese aire de superioridad con arrogancia, ese que la hace ver tan condendamente sexy. Esta necesidad de verla me consumía y ahora que está aquí solo deseo no dejar de atrapar cada sutil movimiento, todo de ella.

—No juzgues a todos por tu condición Rebecca —la enfrentó Tania con rabia —Solo demuestras celos.

—¿Yo, celosa de ti? —esos ojos claros parecían navajas listas para matar —Dime tu ¿cuándo has visto a un diamante celoso de una roca?

—Te crees muy importante —la enfrentó la ojiazul —Un poco humildad no te vendría mal, deberías aprender de mi.

—Oye, tienes tanta razón —se rió la castaña afirmando con la cabeza —Sí es verdad que de los errores se aprende.

—Cállate antes de que pierda los estribos —amenazó Tania.

—Si te ofende es porque te queda el traje —sigue provocando la castaña —Y Freen, si me aceptas un consejo, las víboras solo saben atacar y engañar, deberías alejarte de ellas.

—¿Qué, acaso ya te aburrió tu noviecito que vuelves a molestarnos? —las palabras de Tania me hicieron mirar a Rebecca con detenimiento.

¿Qué mierda acaba de decir Tania?¿Qué noviecito? Mis ojos parecían cuchillos enterrándose en Rebecca, buscaba una respuesta.

—Vuelvo porque para tu desgracia soy la modelo principal —cruzo sus brazos con su claro mirar chispeante enfrentando a la ojiazul —Además lo único que quiero y necesito está aquí —volteó a mirarme, noté un brillo ardiente en sus ojos —Deberías informarte bien querida Tlankova, esa relación de la que hablas no existe. Solo puedo notar que crees en esos asquerosos reporteros amarillistas.

—Eso es mentira, yo ví las imágenes —acusó Tlankova con rabia —Te ví con él.

—Es mi mejor amigo, claro que me verás con él —afirmó y no podía parar de pensar en cada cosa que las decían —Freen, bebé, no te juntes con alguien tan escoria.

OBSESIÓN [FreenBecky] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora