OBSESIÓN [FreenBecky] ✔️

Capítulo 30: Imagen Perfecta.

Las afueras de la Mansión Sarocha.
7:50 AM.

Freen's Pov.

Otra vez estábamos siendo acompañadas solo por un cómodo silencio y apenas puedo distinguir ese sonido tan matutino. Todo parece inexistente cuando estoy junto a ella.

—Tengo una pregunta —dije cuando esa incógnita regresó a mi cabeza.

—Yo tengo las respuestas que quieras —contestó con ánimo volteándose a mirarme con expectativa.

—Eso sonó muy egocéntrico —reconocí liberando otra sonrisa, no entiendo como siempre me hace sonreír aunque sea con sus ególatras respuestas —¿Cómo conseguiste esta cámara? Aún estoy alucinando.

—Sabes que se dice el milagro pero no el santo —alzo sus cejas en muestra de audacia —Solo puedo decir que quería cumplir uno de tus deseos.

—¿Cómo sabes eso? —mi boca no podía permanecer cerrada de la incredulidad.

—Digamos que tu colección es muy notoria —se encogió de hombros —No crees que tener catorce cámaras clásicas en tu habitación pasaría desapercibido ¿verdad?

—¿Tan obvia soy? —pregunté casi impactada —Igual eso no explicas que consiguieras esta cámara, yo la he buscado por todo Tailandia. Bueno, lo hice un tiempo.

—¿Qué te hace pensar que es de Tailandia? —sonrió sin mostrar los dientes.

—¿De dónde la sacaste?

—Sabes que soy modelo —levantó un hombro con altanería —Pero digamos que es un tesoro. Mi abuelo Willamson, era un distinguido fotógrafo de Londres.

La escuché con cuidado. Me fascina como sus labios se abren y cierran dejando escapar esas palabras tan interesantes.

—Él tenía muchas cámaras, pero esa que tienes en el cuello es la única con la que fotografiaba a la abuela —miró la cámara colgada en mi cuello con añoranza —Después de que ella falleciera solo me fotografiaba a mi y en su lecho de muerte me la otorgó como su recuerdo.

—Rebecca, no la puedo aceptar —sostuve el objeto entre mis manos con cuidado, no podría desprenderla de ese recuerdo tan arraigado sus raíces —Sería como quitarte...

—Me quitarás la alegría —la miré cuando dijo eso con un tono muy distante —Escucha algo, no quiero que veas esa cámara como una forma de comprar tu perdón —la calridad de su mirada parecía el mismo cielo —Ella representa mucho más, es una muestra de toda la confianza que tengo en ti —perderme en sus ojos le dio un significado tan especial a cada palabra proveniente de sus labios —Muchos de los mejores momentos de mi vida fueron capturados y encerrados en esa cámara. Yo confió en ti para cuidarla como alguna vez mi abuelo lo hizo.

—¿Tanto confías en mi? Tanto para dejarme un tesoro —asi como no podría enamorarme de su hermosa alma.

—Ahora anhelo un tesoro mayor que mis recuerdos —llevó una de sus manos a la mía —Mi mayor meta ahora es lograr que en tu corazón haya un lugar para guardar el mío.

Casi me derrito con esa declaración, ella movió su mano acariciando con cuidado la mía. Sus ojos se volvieron cristalinos por los rayos de sol que los acunaban. Nuestros rostros se acercaban tan delicadamente que en breves instantes los alientos colapsaban.

Con la confluencia de su respiración y la mía desapareció cuando volvía a sentir la dulzura de sus labios en los míos. Quizás aún sienta algo de rencor en mi interior pero para mi desesperación tener sus labios es tocar el cielo sin necesidad de morir.