Capítulo 20: Pensamientos.

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Departamento de Becky.

Becky's Pov.

Ya está cayendo el atardecer, las nubes con tonalidad naranja en la línea del horizonte son hermosas. Pero sin duda alguna lo que hace más perfecto este maravilloso momento es tenerla al lado, ese aroma tan natural y alucinante, estar entre sus brazos.

—Ya es hora princesa —susurró con su mirada perdida en el paisaje, yo sin embargo disfruto de verla a ella —Tengo que regresar a casa.

—Odio el tiempo —mencioné con el ceño fruncido.

—¿Qué has dicho? —sonrió por mi ocurrencia.

—Es que odio el tiempo que se acaba tan rápido cuando estoy contigo —me recompuse asumiendo una posición erigida a su lado en el sofá —Pero sin duda, odio más ese maldito tiempo en que tu no estás cerca.

—Faltó, te necesito como al aire que respiro —intentó burlarse de mi.

—Ya te puedes ir —negué haciendo una mueca de desagrado.

—Eso haré princesa —besó con agilidad mis labios, ese no fue un beso casto pero sí perfecto.

Ella salió de mi departamento. Su ausencia me hace aceptar que ella es dolor y remedio. Entendí que es ella en dónde me desahogo, es una bendita necesidad.

Toqué mis labios sintiendo un cosquilleo suave, es que besarla es simplemente todo, es más allá de la vida. Besar sus labios me puede hacer morir y volver.

—Esto no está para nada bien —acepté recargando mi cabeza del espaldar del sofá. Nadie mejor que yo sabe que no está bien —Pero es que es tan maravilloso que ¿cómo podría renunciar a ella?

Ese pensamiento tan destructivo inundó lo que restaba de tarde. Decidí tomar un baño tibio para relajar la tensión de mis músculos. El agua me dio una liberación sublime de esos oscuros y devastadores pensamientos.

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Día siguiente, entrada de la Cede de Dolce & Gabbana.

Al estacionar mi auto me adentré en la infraestructura de la cede. Miré con cordialidad a la recepcionista que sonrió al verme entrar. Tenía que llegar con paso firme a este lugar, una modelo siempre erigida e implacable.

Por las ventanas de cristal pulido veo como se estaciona un auto de alta gama, para ser más específica un Royal Royce blanco. Mi curiosidad me hizo detenerme para presenciar lo que sea que esté a punto de ocurrir.

Con rapidez veo un hombre alto y blanco acercarse a la puerta trasera para abrirla y extender su mano. Una delicada mano la sostiene y la exacta silueta de una mujer desciende del auto.

Algo no concordaba en este puzzle tan paradójico, la silueta femenina vestía unos jeans oscuros, una elegante camisa negra y lentes de sol. Luego de ver su figura pude comprobar que la mujer que descendió como una diosa del Olimpo desde ese auto es mi chica de cristal.

El chófer dejo un beso en su dorso para que luego ella caminase hasta la entrada del lugar. Mis ojos no se desprenden de ella un solo segundo. Algo grita que estoy mal, esa escena del beso en su dorso me trae mala sensación.

—Buenos días señorita Freen —expresó muy sonriente la recepcionista.

Yo la miré con el ceño fruncido, ¿qué es tan gracioso?

—Buenos días —le devuelve la mirada Freen con amabilidad.

Yo solo sentí que mi presencia sería muy caótica en ese lugar. Seguí mi camino llegando hasta el ascensor normal y me dirigí hasta mi camerino, es decir que también es su set.

OBSESIÓN [FreenBecky] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora