OBSESIÓN [FreenBecky] ✔️

Capítulo 16: Modo destructivo.

Tres días después de la partida de Freen, Mansión Armstrong.

Becky's Pov.

Es desesperante tener que esperar por algo que ansias. En mi caso no llevo muy bien eso de tener que esperar con calma. Algunos ratos solo me dedico a rondar por las redes sociales, leer esos anuncios odiosos o tal vez encontrar la sarda de críticas, esa que es lanzada por la prensa amarillista.

Algunos factores también influyen en mi comportamiento, ejemplo de ellos fue encerrarme por un día completo cuande enteré que Feern se iría de viaje por cuatro días, cuatro días.

Pero luego pensé, por estos actos impulsivos demostraré lo afectada que estoy, eso no es digno d emi persona. Decidí que solo me importará Freen cuando esté conmigo, cuando al pueda tener para mi.

—En fin... ¡¿Qué me pongo Irin?! —casi le grité al verla metida de lleno en su teléfono.

—Ya deja de gritar maldita esquizofrénica —me reprende lanzándome un cojín en el rostro —Me volverás loca.

—Pero no me estás prestando atención, eso me estresa —abrí los ojos con molestia —¿Me ayudas a escoger un atuendo o qué?

—¿Para qué? —negó con desgane —Yo te digo blanco y tu dices negro, te digo largo y tu dices corto, digo sin escote y tu escotado.

—Pero tus sugerencias son pésimas Irin —me quejé sentándome a su alfo en mi cama —Venga, vamos a tomar esto con seriedad —ella sigue viendo ese aparato y me vuelve loca, de verdad —Primero...

—Ey, dame mi teléfono Becky —quiso quitar de mis manos el aparato que le acabo de sustraer de las suyas.

—Escogemos la ropa y luego vuelves con tu marido el teléfono —le anuncié apagándolo y dejándolo en la cama —¿De acuerdo?

Suspiró con mucha pezades, ella en verdad tiene que comprase paciencia para mi, en exclusiva.

—A ver, primero que todo ¿A dónde es que vamos? —preguntó entrando a mi closet.

—A una cafetería en el centro de la ciudad —reafirmé siguiéndola —Y luego a mi nuevo apramento.

—Espera... —me detuvo por los hombros fijando su oscura mirada en mi —Espera un momento, me estás diciendo que llevas dos horas y media eligiendo ropa para ir a un cafetería y después a tú departamento.

—Ajá —volví a afirmar volteando los ojos.

—¿Prefueres cuchillo o pistola? —dijo de al nada.

—No, no entendí la cosa —dije intrigada.

—¡Quieres que te mate Rebecca Patricia Armstrong! —vociferó con enfado —Me volverás loca por un atuendo que es tan insignificante como una roca en un pedregal —dijo molesta —Todavía te ayudara si fuese una gala, pero un café, un puto café. No me jodas Rebecca.

—Sabes como soy —me encogí de hombros —Me gusta estar segura y vestir bien, siempre.

—Ahora te pondrás lo que yo elija y punto —me amenazó buscando entre mu ropa —Toma y esto también.

Me lanzó la ropa y yo fui a cambiarme, aunque esté molesta hizo una excelente selección. Una polera negra con algunas letras en frente, un vaquero de corte recto de mezclilla y en el baño tomé un par de zapatillas deportivas blancas.

—Ya estoy —salí y ella levantó la mirada.

—Wow, soy Dios escogiendo ropa.

—No, es que en mi todo se ve perfecto Irin —sonreí nuevamente con egolatría —Ya nos podemos ir.