Just in time

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El hombre que fragmentó el tiempo

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Max veía a la lejanía las interacciones entre Sergio y Pato, apretaba sus puños con fuerza hasta que sus uñas dibujaron pequeñas lunas sobre su palma. Dos gotas de sangre recorrían su extremidad.

Tensó su mandíbula y no despegaba la vista de la Pato el cual descansaba su cabeza en el hombro de su Sergio.

Tragó saliva con dificultad al sentir la mano de Ricciardo en su hombro —Si las mirada mataran —susurró a su lado —veo que no lo estás llevando del todo bien.

—Di algo amable o lárgate —comentó tajante.

—Solo digo que deberías de disimular un poco más —habló serio —estás llamando la atención.

Max volteó a sus costados viendo personas murmurar con la vista fija sobre él —tienes razón —comentó tranquilizándose.

—Ahora sonríe y finge que estás perdidamente enamorado de mi —comentó a su costado mientras dibujaba una de sus características sonrisas —¡Eres tan gracioso! —habló por lo alto riendo con exageración.

Max sonrió tomándolo por la cintura —qué te puedo decir —carcajeó con elegancia —sacas mi mejor versión.

—Bésame —susurró.

Max, como era costumbre, clavó su vista en Ricciardo, le dibujaba un par de pecas y le agregaba un toque verde a sus ojos logrando proyectar a Sergio.

Y lo besó frente a todos, ahora si acaparando miradas, donde solo le imperaba una y esa estaba ocupada viendo las linternas.

Se separó de Ricciardo con una sonrisa y su pecho comenzó a Arder. Tomó su camisa y la sacudió un poco a manera de ventilar el calor que sentía en su cuerpo.

Sentía una extraña sensación emanando de su corazón si es que eso era posible, llevó una mano a su pecho mientras con la otra seguía agitando la camisa tratando de ventilar la zona.

Su garganta comenzó a apretarse, lentamente sentía cómo se quedaba sin aire.

—¿Estás bien? —comentó Ricciardo al ver a Max en un estado casi de hiperventilación.

—Tengo que ir al baño —soltó en un jadeo y corrió de prisa a las escaleras las cuales bajaba de dos en dos escalones a manera de acortar distancias.

Caminó por uno de los pasillos hasta llegar a un baño al cual sólo tenían acceso aquellos miembros de los pilares; Max tomó la tarjeta con la que abrió la puerta e ingresó encontrándose con dos chicos conversando en el lavabo.

—¡Fuera! —gritó llamando la atención de los jóvenes los cuales salieron sin rechistar.

Puso ambas manos sobre los bordes de la barra del lavabo, se veía directamente al espejo, no podía concentrarse pues estaba totalmente desalineado. Gotas de sudor recorrían su piel, su cabello desordenado y sus mejillas enrojecidas.

Clavó su vista en su pecho a través del espejo y rápidamente retiró su blazer para quedar en camisa y desabotonarla con desesperación.

La marca que había tenido con Sergio había comenzado a perder color con el paso del tiempo, pero en ese momento, se encontraba más brillante que nunca.

Su corazón latía con fuerza, podía sentir la desesperación casi como si este se quisiese salir de su pecho. Trató de tocar la marca pero una onda de calor invadió su dedo el cual retiró con prisa.

BLACK MAGIC | CHESTAPPEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora