Diana Bowles:
La cafetería de la ciudad es el lugar seguro de mis amigas y de mí. Cuando regresan o vienen a visitarme de otros países, este es el punto de encuentro. Hoy comparto un rato con Olivia, quien gracias a un milagro de Dios vino a visitarme.
Ella y Alana no se llevan muy bien, de hecho, tuve cierta discusión con mi novia por Olivia, pero fue hace tiempo. Cuando nos hicimos novias en junio, luego de habernos dado un tiempo, la marea bajó.
—Dian. —ella interrumpe mis pensamientos.
—Dime, mona. —respondo ante su llamado, ella se ríe y con la voz dulce que la representa, me dice:
—¿Por qué perdonaste tan fácil a Alana? Después de todo lo que te hizo, tuviste que haberle dado una lección o dejar que se esforzara. —me pregunta, y fijo mi mirada en el té que está en la mesa, trato grueso y le sonrío.
—Si supieras que me fuí de su vida después de haberle escrito como me sentía, ella solo me ignoro y eso dolió, pero como la vida sigue, borré todo de ella y seguí mi vida como si nada, aunque doliera, no era la única que me hirió, pero si la única a la que amé. —junto mis manos. — Volvió y fue sincera conmigo.
—¿Solo eso? ¿En serio? ¿Y por ser “sincera” la perdonaste? —son sus tres preguntas serias.
—No, tuvo que esforzarse en recuperar mi confianza, tuvo que luchar por mí y demostrarmelo. No fue como antes, que yo le decía algo y ella ignoraba mis mensajes, no, empezó a mostrarme más interés de lo normal. —sonreí— Me dedicó canciones, eliminó a la gente que me causaba desconfianza, ¿y cómo no?, si se enrrolló con esas una vez, y pues, adiós, guacamayas. —me acomodo en la silla y siento una incomodidad en medio de mis piernas, pero eso no es el caso, el caso es que Olivia no podía creer lo que estaba escuchando.
—Entonces, el chat especial resultó ser la persona de la que se enamoró realmente. —toma de su café y luego se ríe.—Ya entendí el por qué era así contigo. —suelta como si nada y yo quedé en el aire.
—¿Así cómo? —instigo frunciendo el ceño.
Ella se ríe negando con la cabeza.
—Te defendía a capa y espada, Servia me contó una vez, cuando éramos amigas, que Alana se puso furica solo porque ella dijo algo de tí que no le gustó. —Olivia menciona y no tardo en sonreír como la propia estúpida.— Ahora veo, que la única relación seria y sana de esa es la que tiene contigo. —la sonrisa se difumina cuando la llama así, ella se da cuenta e intenta hablar para arreglar lo que dijo, pero yo me adelanté.
—En fin, ¿tú y Rousy, qué tal?—pregunto, y me levanto de la silla, mientras ella hace lo mismo.
—De esa ni me hables. —contesta enojada y supe que habían discutido.
—Bueno... —suspiro y meto mis manos en mis pantalones.
Caminamos lentamente, directo hacia mi casa, pues, la parejita quedó en encontrarse ahí (las locas de Rousy y Olivia). Los lugareños recorren toda la ciudad a pie o en auto. Las tiendas lucen llenas y la arquitectura siempre sobresale.
Me encanta caminar hacia mi hogar, pues, no queda tan lejos y me ayuda a movilizar más mi cuerpo la caminata.
Apenas llego, Olivia se sienta en el sofá y se alarma al ver las cortinas negras, no le doy importancia y me quito los zapatos, los acomodo y los llevo a la habitación, pues, Alana está por llegar y ella odia el desorden.
No sé en qué momento todo pasa rápido, escucho como una pequeña discusión y me alarmo. Salgo a ver y...
Olivia dice: “Tú siempre hiciste sentir insuficiente a Diana”, a lo que Alana le responde: “Eso ya es pasado” En ese momento, se extienden los gestos de disgusto, creando una atmósfera tensa en la casa. La tensión se palpa en el aire, las miradas furiosas y las palabras cortantes llenan la habitación. Yo que estoy impactada por la acusación de mi amiga hacia mí novia, respondo con desdén, tratando de minimizar la importancia de sus acciones pasadas. Mientras tanto, Olivia, herida y resentida, no está dispuesta a dejar pasar el asunto, lo que provoca una escalada en la discusión. La tensión aumenta con cada palabra pronunciada, y los gestos de disgusto y desprecio se hacen evidentes en sus rostros y movimientos. Es un momento de alta emotividad y conflicto.
Me coloqué en medio de ellas, e intenté calmar la situación.
—Olivia, ya, ¿sí? Stop. —mi gesto es serio, miro hacia Alana y se relaja un poco.— Nena, ya, ¿sí? ¿Ok? —le sonrío amenamente.
•••
Intento dormir, pero no puedo, me muevo inquieta y me dí cuenta que mi novia está peor que yo.
—Bebé. —le susurro.
—Nunca quise hacerlo, osea, nunca quise hacerte daño. —dice llorando y no puedo evitar tomarla del rostro.
—Amor, eso ya tiene tiempo que pasó y ya lo sanamos, te comprendí porque hay situaciones que no podemos controlar cuando estamos confundidos, me dolió, pero ya lo sané, yo también te herí a tí, cielo, y no sabes cómo me afectó. —la abrazo fuertemente mientras mis palabras salen reconfortantes.
—No quiero perderte de nuevo. —comenta acomodándose un poco más.
—Y no lo harás, preciosa. —soy sincera.
—Te amo tanto. —me susurra. —¿Me puedes cantar? —me pide bostezando.
Sonrío sobre sus labios, para luego dejarlos y empezar a cantarle, no sin antes responderle al “te amo”.
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TROUVAILLE
RomanceDiana tiene que enfrentarse a su pasado, uno que la persigue. Solo pasaron tres años, pero su recuerdo sigue ahí, ¿cómo lidiará ella con eso? Un reencuentro la hará poner su mundo de cabeza. ¿Se negará a sentir una vez más cuando vea a esta persona...