Diana Bowles:
Vamos en camino a un bar, Bonnie inventa demasiado, Dios mío.Alana luce un vestido negro un poco corto, y lo bien que le luce me hace pasar saliva.
Camina tomada de mi mano, yo llevo un top y unos pantalones cortos, muchas personas me quedan mirando y ella lo nota, cada que puede me besa marcando territorio.
Mi reina es toda una jugadora, y a mí me encantan sus jugadas, digamos que es una mente maestra en todo, hasta en como calentarme.
—Aquella te está mirando mucho. —dice Alana señalando a una chica baja.
—¿Y? Que siga mirando, total, no me interesa tener miles de miradas encima cuando solo me importa e interesa la tuya. —respondo tomando de nuevo su mano. —Futura señora Bowles me trae usted loquita. —me giro y la pego a mí.
—Ay, Dios, estas niñas. —Lina dice pasando por el lado.
—Ya empezaron, ya. —habla Bonnie, mientras su novio un pelinegro ojos verdes viene detrás de ella.— Diana, cinco sobrinos, por favor, es todo lo que pido. —comenta en voz alta, y las mejillas me arden de lo apenada que estoy.
Niego con la cabeza, tomo a mi mujer del brazo y la llevo conmigo hacia la barra, ella se sienta en una de las bancas, yo me giro y le pido al bartender dos tragos especiales para ella y para mí, el chico me da lo que pedí, le paso el vaso a Alana y tomo el mío, me vuelvo a sentar y ambas quedamos mirando al frente, a la gente que se colaba dentro de las que bailaban, Lina desapareció no sé a dónde, Bonnie y Rodrigo bailan salsa increíblemente.
—Esa chica se me hace conocida, mi amor. —murmura Alana de repente, yo frunzo el ceño preguntándome qué a quien se refiere. —Stalkeando una vez me dí cuenta que la tenías en Instagram y que se conocían desde hace tiempo. —recalca
—¿Por qué me stalkeaste? —pregunto sabiendo la respuesta.
—Diana Isabel, me moría de celos. —afirma apretando los dientes.
—Oh, Dios mío. —me río.— Ya dime quién es.
—Ella. —señala a la chica, la reconozco de inmediato.
Liana...
—Ah ya... —me río— Espera un segundo. —bajo de la banqueta y me dirijo hacia Liana, Alana se queda confundida.
Llego hacia Liana, la saludo y la invito a ir hacia la barra en dónde está Alana, ella acepta sonriendo.
—Li, esta es mi mujer, la reina de mi corazón. —expreso enamorada.
—Un gusto. —Liana le estrecha la mano a Alana, quién no comprendía la situación.
—Amor, esta es Liana, alias Doña Catalina. —digo, Alana sonríe raramente y le saluda.
Liana se retira cuando alguien de su grupo la llama, yo me vuelvo a sentar en la banqueta, me acomodo un poco y volteo a mirar a Alana, quién hace un gesto raro.
Me quedo callada por un rato, las chicas ni idea de dónde andan metidas, pero bueno, siempre es lo mismo.
—Oye. —dice de repente.
—¿Mande? —le digo, la veo bajarse de la banqueta, para luego meterse en mis piernas, acomoda sus brazos alrededor de mi cuello.
—Te amo. —susurra sobre mis labios.
—Yo te amo más. —digo para tomarla del rostro y besarla con fieresa.— ¿Nos vamos a casa?
—Sí, porque no aguanto más. —comenta agitada.
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TROUVAILLE
Roman d'amourDiana tiene que enfrentarse a su pasado, uno que la persigue. Solo pasaron tres años, pero su recuerdo sigue ahí, ¿cómo lidiará ella con eso? Un reencuentro la hará poner su mundo de cabeza. ¿Se negará a sentir una vez más cuando vea a esta persona...