♡CATORCE♡

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Diana Bowles:

No entiendo como Alana, me soporta, me ha tenido que tomar de la mano para cruzar la carretera que nos llevaría hasta la parada que queda cerca de la casa de la madre de Sakra.

Lo bueno es que Sakra no está ahí, así puedo trabajar tranquila y Alana hace lo suyo.

Una vez estando dentro, elegimos como sitio de trabajo la sala. Yo empiezo a hacerle las terapias a la señora Sara y Alana empieza a estudiar, y hablar con la niña, que según Sakra ha estado muy rara.

—Señora Sara, si se las ingeniaron con los nombres, eh. —le comento mientras poco a poco estiró sus piernas.

—Cuando estaba joven dije que se los colocaría, con la misma inicial, estaba loca. —se ríe y luego ahoga un gemidos de dolor a la segunda vez de yo estirarle la pierna.

—Debe tener cuidado, mañana no podré venir, solo un día a la semana, así que le dejaré unos ejercicios... —Alana me interrumpe.

—Amor, ¿podemos hablar a solas un momento? —me toma del brazo y voy con ella.

—Dime. —estiro mis manos.

—La ausencia de su padre y su madre le ha pegado fuerte, y noté que no tomaron el asunto en serio cuando la nena presentaba esos síntomas. —me explica y creo que ya sé que es.

—¿Qué síntomas? —le pregunto.

—Amor, tú eres ejemplo, y sé que no es fácil ni para tí ni para ella. —termina de explicar y asiente yendo a retirar sus cosas, a despedirse de Silvana y de la señora Sara. —Te espero afuera, no tardes que ya es de noche.

Tremendo todo y difícil también, con la ayuda de Alana me he mantenido en pie, tiene un don perfecto para entenderme y yo a ella por supuesto.

•••

Hablo con mi mamá y mi hermana, las cuales me preguntan como va todo, que si me estoy portando bien con Alana, por la primera por la cual preguntó mi hermana fue por ella, y a mí ni hola, ya luego se acordó de mi existencia y empezamos a hablar de todo, hasta de las películas de terror.

Y lo mismo “Cuando van a tener hijos” “Necesito sobrinos para dejarles mi herencia”

Y es ahí después de esa llamada, sí, porque la cortó mi mamá sin querer, que Alana y yo tomamos el asunto con seriedad, y hablamos.

—Cuando tengamos hijos, les diré, así—me quedo pensando y formulando lo que voy a decir, porque mi cerebro procesa la información de otra manera y cuando hablo digo todo al revés— “Su madre es lo más puro y bonito que tuve y tengo, al igual que ustedes. Su madre se enfurecía cuando veía gente insinuandose hacia mí, los remedaba y no me hablaba, me daba ternura, es que hasta celosa se ve linda”— comento y la cara de Alana es un poema. — Y cuando me hagan preguntas, más o menos tengo una idea de que preguntarán, se las responderé todas.

Aplaude y luego se queda pensando.

—Y yo les diré algo así —bosteza— “Su mamá no les colocaba un quieto a las personas que se le insinuaban, y como se quedaba callada, eso me enfurecía más, pero la amaba, podía estar un día sin hablarle, pero siempre estaba en mi mente y lo está.”

Me la quedo viendo con la boca abierta, no esperé eso, pero igual que linda es, basta.

—“Y también estuvo con un Dylan” —suelta y me echo a reír— Si te ríes es porque es verdad. —se me borra la sonrisa, la risa y todo.

Su amigo más íntimo es ese (nótese el sarcasmo).

—Pero yo no tuve nada con él —me río y la beso.

—Dejame. —hace drama.

—Tenemos tres hijos y los vestimos de los tres mosqueteros. —le recuerdo, y su sonrisa se anchó de la nada.

—¿Como te puedes acordar de algo que pasó hace años? Amo tu memoria. —me abraza contenta.

—Se me olvidan las cosas, pero eso no, porque siempre estás en mi mente y si mi mente trabaja las veinticuatro horas del día y los siete días de las semanas, el primer pensamiento que sale a flote eres tú. —le confieso y volteo el rostro.

—La que voltee el rostro es hetero. —dictamina y al ver que me giro enseguida se ríe.

—No te rías. —le exijo.

—Gracias por soportarme. —me vuelve a abrazar.

Desde que nos reencontramos me vive abrazando y eso es increíble, su aroma es tan exquisito y su calidez es simplemente perfecta.

—Gracias a tí. —me sincero.

Ella sonríe, pero no dice nada, se sienta en la encimera y me mira por un rato.

—¿Te imaginas? Yo con una barriguita y sintiendo pataditas, el rol de madres nos quedaría increíble, si o no Betty. —me mira a mí y luego a nuestra gata, la cual solo hace “miau”.

—Dijo que sí, viste. —me río y la bajo de la encimera solo para besarla.

—Sí, es que yo sé, seríamos unas grandes madres y moriría de ternura ese día. —comenta enrollando sus brazos en mi cuello.

—Te amo, y nadie me quita el sueño de formar una familia contigo. —le susurro.

—Eso lo sé, siempre lo teníamos en mente y mira, aún lo hacemos. —mete su cabeza en mi cuello.

—Dios, eres demasiado linda, ¿te lo dije? —le susurro mientras paso mis manos por su espalda.

—Sí, amor, pero me encanta que me lo digas, me encantas tú. —confirma mientras me da suaves besos.

—Saldrían bellos, es que con dos hermosuras como madres. —hago un gesto tierno y Alana se ríe.

—Te amo tanto, estoy tan enamorada de tí. —susurra lento y con suavidad.

De repente el  silencio es tan significativo como las palabras, en dónde solo existimos ella y yo.

—Enana. —me saca la lengua.

—Jirafa. —le devuelvo el gesto.

—Me acordé de tus tiempos en dónde eras sumisa— se ríe fuertemente y yo me la quedo viendo con una cara que para ella es lo más gracioso del mundo. — O bueno, todavía lo eres... —me lanza una servilleta que tomó de la encimera arrugada. —Mal ahí, Diana Isabel Bowles Cabrera.

Niego mirándola reírse y me pica el ojo.

—Que risa. —aplaudo y se descojona más, yo creo que le va a dar algo porque la risa es tremenda.

—Amor, no pongas esa cara, bebé. —golpea la encimera, le dolió pero aún sigue riéndose.

—¿Qué cara? —amplio el gesto.

—Esa, ay... —se ríe— me va a dar algo. —se vuelve a reír y se aprieta la barriga.

—Nena, pero, me contagias —me río yo también.

Las noches siempre son así, Alana bromea conmigo o yo con ella, y las caras que hago y las voces que hago la hacen reír a no poder.

—Y yo al primer día pensé que eras seria, pero compartimos neurona. —se calma y le hago otra cara para que se vuelva a reír y es lo que hace.

La amo.

Dani<3

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