♡VEINTIUNO♡

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Alana Morel:

Observo a Diana con una cara de los mil demonios. Su cuerpo está rojo y eso que ella es morena.

Se metió en la playa y ella es alérgica, la otra vez tuve que lidiar con su llanto cuando la piel le picaba y se le ponía roja de la alergia.

Me preocupa.

—Amor, pero, ¿te arde y pica mucho? —le pregunto ya un poco más relajada.

—Un poco, supongo que se me pasará. —me responde.

La miro, intento sentarme en sus piernas, pero también le están ardiendo.

—Hoy no hacemos el amor. —le digo, y camino a el estante a buscar las pastillas antialérgicas.

—¿Y por qué? —expresa frustrada.

Me río ante su actitud, camino a la cocina y tomo un poco de agua en un vaso, llego hasta Diana y le extiendo el vaso con la pastilla.

Observo el vaso de agua y recuerdo esos primeros días de Abril, cuando la eché de menos, cuando la necesitaba, lloré demasiado e incluso ignoraba la comida.

Flashback:

No sabíamos como hacer oficial lo nuestro, porque era algo esperado e inesperado.

El grupo siempre permanecía inactivo, Diana dijo de no decirle nada a Rousy ni a los muchachos.

Al ver que nadie escribía, lo hice yo etiquetando a Diana.

—Amor, ¿vemos una película? —fue mi mensaje.

—EPA, ¿Y NOSOTROS QUÉ? —dijo Rousy, me dió risa.

Le estaba dando señales de lo mío con Diana que comenzó un 20 de abril, no nos resistimos más y en junio empezamos una relación, la relación más sana, y ella no captaba, ni Lina tampoco. El 9 de Abril le escribí por la noche a Diana, le demostré que aún la seguía amando y le dije lo mucho que la necesitaba. Días después, pudimos establecer más, recuperar y tener de manera mejorada un romance, vivir lo nuestro, nuestro amor único, porque seguía siendo mi único amor.

En ese momento, Diana me responde.

—¿Y vienes a dormir conmigo, verdad? —leí y no evité sonreír.

—Prometo no dejarte dormir. —me pasé de coqueta.

—Que rico entonces. —era su respuesta.

Rousy mandaba emojis de asombro.

—Dejen de traumarme. —expresó en contra.

Pero aún así no captaba.

Ingresó alguien nuevo en el grupo, y pues mis celos empezaron a desequilibrarme cuando se le estaba insinuando a Diana.

—¿Y tienes novio? —le preguntó el chico.

—No, novia. —fue su escueta respuesta.

Amé eso.

—¿Quién es tu novia? —preguntó el chico de nuevo.

—Yo, yo soy su novia. —le respondí.

—¿QUÉ?—dijo Rousy.

Salí del chat del grupo y me fuí directo a mi chat con mi bonita.

—Se pasó ese. —escribí.

—De verdad, pero ni modo, tenemos, tanto tú cómo yo, acostumbrarnos a cosas así. —me respondió ella, y recordé que desde el 8 de abril estaba muerta de celos por las personas que la publicaban, Diana seguía siendo mía después de todo.

—Sí, amor. —le respondí anonadada.

Mi teléfono empezó a vibrar con la cantidad de mensajes que me llegaban de Rousy, mensajes como “MIRAAA, RATA” “¿POR QUÉ NO ME DIJERON NADA?”, ya me imagino como estaría el de Diana.

Mis antiguas experiencias me dieron una imagen falsa del amor, con Diana todo era perfecto.

Fin del flashback.

—Gracias, mi amor, no sabes cuánto te amo.— pronuncia de a poco, sacándome de mi burbuja.

—Te amo más, mi reina. —no puedo evitar besarla, amo sus labios y los dulces que son.

Tan sutil es la forma en la que me ama, tan dulce, tan linda, tan dada, tan dedicada.

Al día siguiente, al despertar, como cada día, como cada mañana, observo a Diana dormir, me encanta hacerlo.

Observo como se despierta y no puedo intentar evitar decir:

—Me siento bien contigo, Diana. —nuestros rostros están a escasos centímetros. — Me siento bien con esto, amor. —su aliento choca con el mío.

—Yo me siento bien contigo, no me equivoqué al elegirte, no me equivoqué al enamorarme desde tu parte “erronea” hasta lo que verdaderamente eres. —me dice, y me abraza, me besa la cabeza.

Nos levantamos a desayunar, y a atender a Betty.

—¿Cómo amaneció lo más precioso de esta casa?—le dice Diana, yo sonrío mirándolas, si así es con nuestra gata, ¿cómo será con nuestros hijos?

Haciendo el desayuno, me pongo a pensar y realmente Diana sería una increíble madre, nuestros hijos serían su adoración.

Quiero tener hijos con ella.

—Amor, estás divina. —su aliento choca en mi cuello, sus manos rodean mi cintura, sin duda eso me pone a mil.

Me gira de forma rústica.

—Bésame. —me exige y lo hago.

En un cerrar de ojos me lleva en sus piernas hasta nuestra habitación, cierra la puerta demasiado fuerte, y me lanza en la cama. Empieza a retomar el beso, y en ese trance sus besos bajan por mi cuello, mi pecho, intenta sacarme un seno y cuando logra hacerlo, hace magia con su lengua. Desciende a mi abdomen y al llegar a mi parte íntima, suspira ahí como si fuese la gloria.

En menos de tres segundos mis bragas ya no están, ya no existen. Mi corazón late desenfrenado, mis piernas se remueven inquietas, me abro e intento buscar fricción. Pero Diana solo me da toques suaves, me acaricia la mejilla una vez ascendiendo de nuevo, sus ojos conectan con los míos.

Se desnuda y lentamente choca contra mí, con pasión, con sutileza, me sigue mirando a los ojos intentando no perderse ningún gesto de mi parte, ahogo un pequeño gemido cuando consigo llegar al clímax.

—No sé cómo pude ser tan tonta y negar lo que sentía por tí. —la tomo del rostro, una lágrima corre por mi mejilla.

—Ya no te martirices por eso. —me besa.

No consigo entender por qué lo hice.

<3

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