Alana Morel:
Tengo ganas de comer de todo, y a Diana también, pero estoy enojada con ella, bueno, enojada no, celosa, por culpa de Sakra.
Es que tan tranquilo que iba nuestro fin de semana en casa de mis padres y le entra una llamada de Sakra en dónde viene la sabandija esa y la trata como si Diana fuese algo suyo, y peor aún, intenta darle órdenes.
—No sé, hay buenos fisioterapeutas en España. —comenta Diana y le cuelga.
Me remuevo inquieta, ya que tengo la cabeza en sus piernas, porque se supone que estamos viendo una película junto a mis padres, bueno, solas porque ya se fueron a dormir.
—Ahí Wanda se está portando razonable. —comenta sobre la película Doctor Strange “El multiverso de la locura”.
—Y sí. —suspiro.
Levanto la cabeza y por ende el cuerpo completo, y camino hacia la cocina. Acomodo algunos utensilios de cocina, lavo algunos trastes que quedaron en el fregadero. Siento escalofríos y la razón es:
Diana se vino de la sala hasta la cocina, y ahora está detrás de mí.
—¿Dime? —susurro, pero siento sus besos desde mi cuello y mis hombros hasta mi espalda. Eso sin duda me desestabiliza. —Isabel. —la llamo por su segundo nombre.
Deja de darme besos, y se va hasta la nevera a tomar un poco de agua. Sigo acomodando algunos trastes y cuando voy a colocar un vaso en su lugar, ella me lo quita, pero siento su roce.
—Gracias. —me da un beso en la mejilla, siempre lo hace, siempre, aunque estemos como ahora, felices o enojadas, lo hace.
—A la orden. —comento retirándome.
Entro a la que era mi habitación, y me veo un rato en el espejo. Tengo la cara roja.
Me quito la camisa de tiras color gris, para quitarme el brasier, y luego me la vuelvo a colocar.
Diana entra. Me pasa por el lado y con un “te ves bonita” se dirige hacia el clóset.
—¿Cariño, en dónde colocaste mi ropa? —me pregunta.
—En la derecha, cielo. —le respondo amarrando mi cabello en una coleta, mientras me veo en el espejo.
—Gracias. —dice y me imagino que empieza a buscar.
Me quedo viendo en donde está buscando porque claramente no es la parte que le dije, está buscando en dónde está mi ropa.
—Amor, pero estas bragas son tuyas, a lo mejor te confundiste cuando acomodaste todo. —dice, y se sienta en la cama a pensar.
—Nena, te dije en la derecha, esa es la izquierda en dónde buscaste. —me río, y la ayudo a buscar.
—Te amo, no sé que haría sin tí. —se me lanza encima.
Me la quedo mirando un rato, y la detallo perfectamente.
Me encanta.
—Te amo más, capaz y le darías chance a una tal Sakra. —le hago drama.
—Deja, mi tipo siempre serás tú. —me dice tomándome de los cachetes. —Me encantas. —me da un beso de pico.
—¿Nos duchamos un rato? —le propongo, y ella sonriendo asiente.
La observo desvestirse, y que divina está. Su abdomen tan definido y tan mío, lo perfecto que es ese duo que tiene en el pecho, los dos son míos también.
Toda ella es mía, y siempre lo será.
—Deja de verme así. —comenta, y volteando los ojos me empiezo a quitar la ropa también.
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TROUVAILLE
RomansaDiana tiene que enfrentarse a su pasado, uno que la persigue. Solo pasaron tres años, pero su recuerdo sigue ahí, ¿cómo lidiará ella con eso? Un reencuentro la hará poner su mundo de cabeza. ¿Se negará a sentir una vez más cuando vea a esta persona...