Capítulo 3

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Myrima conocía esa voz, la iba buscando por aquel paisaje anaranjado. Solo escuchaba como sus zapatos pisaban aquella tierra seca.

—¿Akenatut?— preguntó Myrima buscando a todos lados a aquel rey de Aktera, sabía que era imposible que estuviera en el inframundo.

Topándose con un demonio, parecía un hombre a simple vista, recargado entre las rocas, que la veía con una sonrisa torcida.

Myrima comenzó a retroceder, el demonio comenzó a acercarse a ella. Abdel estaba viendo todo desde unas rocas, debatiéndose en ir a ayudarla o no.

—¿Qué? ¿No reconoces al demonio que todo el cuerpo de tu esposo? — dejando al ángel caído en sorpresa. — Hola Myrima, que bueno verte después de tantas noches que pasamos juntos.— a la chica se le erizo la piel.

—¿Cómo te atreves? — acercándose a darle una cachetada, Abdel veía el carácter de la chica y no pudo evitar sonreír de lado. —¿Desde que día tomaste el cuerpo de Akenatut?—  le exigió con una mirada de enojo.

—Unos días antes de que se casaran, Delta no quería que ningún tritón te tocara.—- "¿Criaturas del mar?" Myrima miró con asco al demonio.— Aunque lo nuestro estaba bueno, el sexo era bueno. —Myrima le iba a dar otra cachetada, pero al detuvo.

—¡Demonio! Idiota ¿Cómo te atreves? Te hiciste pasar por mi esposo. — gritaba enojada, trataba de liberarse, se empezaba a sentir sucia. —Disfrute cuando mi Axiles, te asesino.— la tomó del otro brazo.

—Ah si, tu amante.  No sabes cómo goce cuando me dieron la noticia que lo asesinaron. —Myrima se separó rápidamente y sacó su espada.

—Él no era mi amante, era el amor de mi vida. — con furia lo apunto con su espada, su mirada estaba comenzaba a cambiar.— pero tú que vas a saber maldito demonio.—

—Curioso, cariño. Que le llames amor de tu vida a otro demonio que poseyó a un tritón. — acercándose a la chica acorralándola contra las rocas, tomándola de los brazos, haciendo que le soltara la espada.— Más vale que lo encuentres primero y lo saques de aquí. — le decía en el oído. Para verla a los ojos. — Porque si lo encuentro yo, lo voy a matar. — sentenció antes de tomarla de la nuca con fuerza. Para capturar sus labios.

Myrima reaccionó rápidamente, trataba de separarse, pero el demonio era más fuerte:

—¡Suéltala! — Abdel estaba que le ardía la sangre, después de escuchar toda esa conversación.

Al final la humana y él, no eran tan distintos, ambos estaban en el inframundo por amor, aunque claro para Abdel el recuerdo de Elia, ya no le hacía nada, le dolió reconocer que no era amor, lo que sentía por aquella ángel caído era obsesión.

Myrima vio todo en cámara lenta, como el ángel caído aparecía y le quitaba de encima al demonio.

Abdel tenía al demonio agarrado del cuello—¿te encuentras bien?— ya empatizaba un poco más con la humana, aún así todavía le seguía pareciendo desagradable.

La chica asintió, aún no confiaba en él, el caído observó la mirada de la chica era naranja, se acercó al demonio tomando la espada de Axiles.

—Tu no eres una humana normal.— hablo rápidamente Abdel sin dejar de ver la mirada de la chica, pero Myrima veía a demonio que traía el caído.

—¡Mírame a los ojos, imbecil! — estaba fúrica, se sentía violentada por aquel demonio. — Esto es por tomar mi cuerpo tantos años para el plan de Delta. — le encajó la espada en el costado, Abdel lo soltó.— esto es por lo de ahorita, no me vuelves a tocar en tu vida. —- Abdel observó como el demonio comenzó a gritar, hasta que cayó al suelo, sin vida.

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