Capítulo 13

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Bander abrió los ojos sintiendo unos brazos rodearlo, sintiendo una comodidad interior que lo hizo quedarse un rato más así, dormido. Hasta que abrió los ojos de golpe "¿Quién estaba a su lado?"

Se giró y vio a Anael totalmente dormido a su lado, relajándose un poco. Se le dibujó una sonrisa sincera "¿Qué me pasa contigo brujito?" Pensaba el tritón. Veía al hechicero que traía una pijama que le prestó.

La calma del tritón se vio interrumpido, cuando el celular del hechicero sonó. Haciendo que Anael abriera los ojos, era su alarma.

—Buenos días.— dijo el hechicero sintiéndose muy tranquilo, de despertar a lado de Bander. —¿Cómo estás?—

—Demasiado bien, por un momento puedo decir que nunca he estado mejor.— le digo con sinceridad. Anael sonrió, sintiendo el aroma de su Bander.  —¿Tú cómo estás?—

—Muy bien, de hecho. Estoy más tranquilo que te sientas mejor.— esa burbuja, se rompió cuando su celular comenzó a sonar. Ahí estaba la novia de Anael marcándole.

Bander por primera vez, sintió un horrible malestar se sintió enojado, sintió como algo se le rompía, tuvo que reprimir las lágrimas, fue al baño, necesitaba un poco de aire.

Myrima se levantó con un severo dolor de cabeza.  Se fue a vomitar, no recordaba nada de anoche.

Cuando bajo a desayunar, ahí estaban los gemelos en sus sillas especiales, Sol, Nanyloh, Anael, faltaba alguien.

—¿Y el caído?— preguntó a Solanche una vez que saludó a todos y cargó a sus hijos. La pelirroja, se encogió de los hombros.

—Al parecer ya no es caído, Myrima. — fue todo lo que dijo Anael. El hechicero no tuvo una buena mañana desde que Anne la llamó, Bander se portó muy serio con él.

—La ciudad celestial le revocó su estatus, vinieron por él esta mañana.— Sol trataba de ocultar su tristeza, veía a los niños y a ella, con una tristeza.

Myrima bajó la mirada, disimulando que veía su desayuno, sintiéndose vacía en su interior. "El maldito caído, fue tan maldito que ni siquiera se despidió de mí"

La tranquilidad del desayuno, se vio interrumpida por Bander, que venía como alma que llevaba al diablo.

—¡¿Qué pasa, Bander?!— al ver a su hermano totalmente pálido y con crisis. Él aludido ignoró olímpicamente la mirada del hechicero.

—¡El consejo quiere que busque esposa o concubinas para tener herederos! — Myrima asintió, pero eso no le sentó nada bien a Anael, que dejó de comer rápidamente.

—¿Y el problema radica...?- preguntó Myrima con curiosidad.

—Que yo me hice la vasectomía desde hace como 10 años.— casi se le cae la mandíbula a los presentes.

—¡¿Qué hiciste Bander?!— le preguntó Myrima, el aludido se encogió de los hombros.

—¡Hace 10 años, yo no era ni de chiste el heredero del trono! — se defendió Bander.— además yo no quiero ser padre, nunca.—

—Creo que con magia se puede revertir eso.— sin saberlo Solanche, hizo que Anael se sintiera muy mal.  De solo pensar que Bander iba a estar con una mujer, se le revolvía el estómago.

—Pero no tiene caso, si Bander no quiere ser padre.— cruzó los brazos evidentemente enojado. Pero al ver la mirada de confusión de todos.— ¡Además! No sé, la magia no es tan milagrosa como se piensa.— Myrima y todos sentían la tensión en el ambiente.

—¿Por qué me pones trabas en el camino, Lightson? — le preguntó Bander, Anael se levantó—¿Acaso me quieres ver aún más infeliz? — Bander tragó en seco al ver la mirada Oliva.

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