Capitulo 14

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El castillo estaba lleno de gárgolas, mujeres fantasmales y chupasangres parecidos a pulgas. No valía la pena matarlos, o eso pudo haber pensado la versión más joven  del castaño. Si algo había aprendido durante su tiempo como cazador. Era no tomarse a un enemigo a la ligera ya sea patético, problemático o débil, por lo que enemigo que veía e iba hacia el. Era enemigo que caía inerte al suelo sin mostrar signos de vida

Después de haberse abierto paso enfrentándose a la población del castillo de Cainhurst y llegar a uno de los cuantos tejados, Tai se encontró con un hombre corpulento con una enorme corona en la cabeza que empuñaba una espada y una guadaña. Era Mártir Logarious, el líder de los verdugos y el responsable de llevar a cabo el genocidio de los nobles de Cainhurst. A la vez el maestro de su amigo Alfred, el cual tenía un respeto inmenso hacia el. Cual sería su reacción de su amigo al ver a su mentor en esta posición. Lo que alguna vez fue el Mártir Logarious, ahora solo quedaba un cuerpo disecado. Pero aún vivo, vivo para custodiar al prisionero de Cainhurst. Como? Tal vez su voluntad moldeó la sangre maldita de su cuerpo

Un enfrentamiento entre ambos se llevó, el líder de los verdugos contra el Buen cazador. Un combate físico y arcano. Con solo saber sus títulos, era fácil hacerse a la idea que este combate fue uno entre leyendas. A pesar de ser enemigos, se mostraron sus respetos usando sus mejores técnicas. Sin embargo, la diferencia de tamaño y velocidad eran un factor en el combate que el castaño aprovechó sin dudar. Haciendo el mayor daño a Logarius, quien no se quedaba atrás. Decidió a no caer sin antes haberlo dado todo de si

 Decidió a no caer sin antes haberlo dado todo de si

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La batalla duró un rato, pero el ganador era claro. El castaño retiró sus dos armas del tórax de Logarius, usando su pierna para ejercer mayor fuerza y a la vez más daño. El antiguo líder de lso verdugos cayó al suelo, acabado. Extiro su mano al cielo buscando algo, para solo fallecer y su cuerpo desvanecerse

Mostró sus respetos ante el maestro de su amigo Alfred, pensando si debía decirle esta notica. Al no ver nada más que pudiese hacerse en el lugar, estaba por retirarse. Luego de explorar todo el castillo nuevamente, buscando al prisionero del lugar. Estaba algo decepcionado de que haya sido tan corto está travesía, pero al menos se distrajo y podría actualizar uno de sus libros. Sin embargo detuvo su andar al ver el brillo de la corona, se quedó unos minutos parado donde estaba observándola. Podría dársela a Alfred, estaba seguro que estaría encantado de tener algo que pertenecí a su maestro. Aunque al cuestión sería como decirle que la encontró, no podría decirle a su amigo que mató a su maestro. Sería una mala idea

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