Capítulo 29.

3.9K 548 412
                                    

Capítulo 29.- Noches frías y oscuras.

"Hay cosas que quiero decirte, pero
simplemente te dejaré vivir".
―Cinnamon girl - Lara Del Rey.

ADVERTENCIA: Este capítulo contiene lenguaje, temas y situaciones fuertes no aptas para todo el público y que no deben tomarse como ejemplo. Si eres una persona sensible, te recomiendo no leerlo.

.
.
.
.

Me quedé inmóvil en mi lugar mientras él avanzaba con pasos lentos por todo el lugar.

―Es un lugar agradable para la vista. Al menos tienes buen gusto en casas ―Su tono fue sombrío―. No puedo decir lo mismo de tu gusto en hombres.

La respiración se me cortó.

Y él sonrió tal cual lo haría Satanás.

―¿Aquí sueles esconderte para follar con tu vecino? ―Se inclinó―. Creí que había quedado clara mi opinión respecto a ese capitán.

―No sé de qué me habla, padre.

Y el primer golpe llegó.

El azote con su bastón metálico me hizo caer al suelo, apoyando mis palmas contra este mismo.

―¿Crees que soy estúpido? ―gruñó con fuerza.

Sultán le ladró y se preparó para lanzarse encima.

―¡No, Sultán! ¡Quieto! ―lo frené en seco, por lo que se vio obligado a obedecer.

―Y encima te atreves a engañarme diciendo que ese perro había muerto, cuando en realidad se escondía aquí. Ambos se escondían aquí ―soltó una risa seca―. ¿Creíste que nunca iba a enterarme? ¿Todavía no te das cuenta de que siempre estoy un paso adelante? ¿¡Y aún así pretendes engañarme!?

―No pretendía engañar...

No pude ni terminar de hablar ya que fui interrumpida por otro golpe justo en mi espalda.

Jadeé de dolor.

―¿No? ¿¡No!? ¿Entonces qué pretendías, perra? ¡Dime! ―Bramó, tomándome del cabello con fuerza para soltarme una bofetada que me reventó el labio―. ¿Solo saltar en su polla hasta cansarte? ¿O joderme y contarle absolutamente todo sobre nuestra familia? ¿¡Eh!?

Me dejó caer y de nuevo me golpeó con el bastón fuertemente, seguro rompiendo algo, seguro causándome una herida horrible en la espalda.

―No...no he dicho nada.

―¿Crees que te voy a creer? ¿Crees que ahora voy a confiar en tu palabra, idiota? Después de que por mucho tiempo te has estado viendo con él, pasándole quién sabe qué información. O no, siendo tan pendeja como para dejar que te robe información en tus narices sin que te des cuenta ―Gruñó, dando otro golpe que me hizo retorcerme del dolor en el suelo―. Eres una estúpida. ¿Crees que le importas? Él solo está contigo para ver qué consigue en nuestra contra. Y claro, es partida con premio doble porque además, te tiene de su puta.

Escupí sangre mientras negaba.

―No es así...

―¿No lo es? ―Mis palabras parecieron encender su rabia de nuevo―. ¿¡No lo es!?

Y golpeó sin parar, sin hablar. Golpeó una y otra vez mientras Sultán ladraba, mientras yo intentaba detenerlo para que no se lanzara contra él. Mi cuerpo dolió, pronto comenzó a sentirse débil y pesado por tantos golpes, pronto solo pude pensar en que si sobrevivía esta noche, sería imposible cubrir esas marcas de la prensa, de mi prometido, de mi madre, de todos.

El juego de Lucifer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora