El juego de Lucifer.

Capítulo 27.

Capítulo 27.- La otra.

Tamborileé mis dedos contra mi escritorio, tal vez luciendo impaciente e incluso, algo preocupada.

Parece que ahora la búsqueda incesable de tía Gianna con tal de dar con el paradero de su princesa, se volvió real para mí.

Han pasado días y no hay noticias.

―Calma, Lucille. Es cuestión de tiempo para que todo caiga en su lugar ―me dije a mí misma―. Ella regresará a la mansión Feramore. No puede estar lejos tanto tiempo, menos sin dinero.

Sí, todo saldrá perfecto.

Alcé la vista cuando alguien tocó la puerta de mi oficina.

―Señorita Feramore ―La voz de la modelo resonó por todo el lugar―. Su asistente me dijo que me necesitaba.

―Adelante ―le indiqué y señalé el asiento frente a mí―. Puedes sentarte, Janice.

Ella sonrió y se sentó.

Su parecido con Lara me deja impresionada. Claro que...no es tan despampanante como la muñequita.

Le regresé la sonrisa y tomé la carpeta frente a mí.

―¿Cómo te has sentido trabajando para nosotros?

―Excelente. Este lugar es como un sueño ―suspiró soñadoramente, pero después su expresión cambió a una de susto―. ¿Por qué? ¿He hecho algo mal?

Moví mi mano de lado a lado.

―Por supuesto que no, cariño. Todo lo contrario ―Me acomodé en mi asiento mientras la tranquilizaba―. De hecho, quiero ofrecerte una campaña importante. La más importante que podrías tener en toda tu carrera.

Sus ojos se agrandaron.

―¿Una campaña?

―Exactamente ―Mi sonrisa se agrandó―. ¿Conoces a mi padre?

Asintió con rapidez.

―Por supuesto. ¿Quién no lo conocería? ―carraspeó―. Es el gobernador de Illinois.

―Exactamente ―repetí―. Bueno, pues mi padre; el gobernador, es socio de un importante club en el que solo la gente más adinerada y privilegiada tiene membresía. Van a grabar un comercial importantísimo para mostrar todas las maravillas que puede ofrecer. Por supuesto, mi padre lo dirigirá, pero están buscando una modelo hermosa que encaje perfectamente. Te he recomendado y bueno, te quieren en el comercial y en todos los eventos enlazados al club. Estamos hablando de miles de dólares para ti.

Su boca formó un círculo.

―¿Hablo enserio?

―Por supuesto que hablo enserio ―Me incliné―. Claro que si decides aceptarlo, debes tener en cuenta de que trabajarás junto a mi padre, estarás a su lado por horas. El hombre es adinerado y poderoso, sé que puede resultar intimidante, pero si tú no ves problema en ello o no te asustarás con su presencia, entonces no veo el problema.

―Eh...

―Tranquila, él es un hombre bueno y amable. Seguro le encantarás y hará que tu trabajo se sienta cómodo. ―Volví a intentar tranquilizarla―. ¿Lo aceptas? ¿O...tendré que ofrecérselo a alguien más?

―No, no, no. Lo acepto ―se apresuró a decir―. Acepto la campaña.

―¡Ay, pues perfecto! ―Aplaudí como chiquilla emocionada y después le pasé la carpeta―. Inician el rodaje en dos días. Aquí está todo lo que necesitas.