chupa caña

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Azúcar azúcar negra hay cuanto me gusta y me alegra . El azúcar representa la atracción, la fuerza, del sol en la piel del negro sembrador y cortador de caña.

San Antonio de los Caballeros, el pueblo donde me crié, está rodeado por la magia de los cañaduzales. Los trenes cañeros desde la madrugada hacen su recorrido hacia los ingenios, dejando mareadas de polvo, que más tarde se añade a las labores domésticas aumentando el quehacer. Luego del colegio nos sentábamos el grupo de amigas-Tocaya, yaneth,Yuli,martha,patricia, mis vecinas a esperar que nuestro padre nos pelara la caña de azúcar que con gritos en coro de !!eh,eeeh,eeeh! mientras corriamos , el tren continuaba su marcha, lo seguiamos hasta lograr conseguir que nos tiraran por lo menos una caña para mí, y para cada una de mis amigas.

El tren cañero es conducido por un señor blanco, con la cara oculta tras una gruesa capa de polvo, con ropa color kaki que se confunde con el ambiente de aire polvoriento. En la parte de atrás de los vagones de caña dos negros con tapabocas de dulceabrigos rojos, con sombreros de paja, formaban una sola figura rucia, pestañas enharinadas, mezcla de color negro piel, cafe de ojos, rojo anaranjado del sol que pega implacable al mediodia. De manera insegura, van prendidos de una de las cñas que agrupadas en el vagón se enredan como anzuelos. El sol implacable hace que hasta los mismos negros se protejan de él. Es un sol que quema los cañaduzales hasta incendiarlos incluyendo al cortero de caña, que con su machete y su sombrero de ala ancha , se sumerge en el cañaduzal con el sol incisivo, perpendicular, que impide fugarse a la frescura de la sombra de algún árbol, que al mediodía es un árbol, sin sombra. El sol en la espalda del negro y el capataz a caballo han impedido hasta hoy la cirugía estética que borre las huellas de las cicatrices que después de quinientos años insisten como sanguijuelas prenderse de la piel. En las tardes los cañaduzales son cómplices de encuentros de parejas de enamorados, que encuentran en estos sembrados la oportunidad de disfrutar del sexo, para luego salir corriendo perseguidos por la pelusa de las hojas de caña de azúcar que se les incrusta en la piel, entre más se sacude más te persigue, más se adhiere y pica,pica,pica. También los jóvenes, algunos menores de edad que se esconden a fumar cannavis o a tomar guaro, en los cañaduzales que quedan cerca al rio Pajonales. El río .

DOMADO CRESPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora