Capítulo 1- Interés ambicioso

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 Era una noche de mayo en New York, como cualquier otra, cuando nuestra protagonista Bella cuidaba a Emma, la hermana menor de la familia Black, de tan solo 5 años. Ese día tenían una fiesta de negocios, por lo cual dejaron a Emma con Bella, quien era la asistente personal de la familia.

Bella y Emma estaban viendo la película 'La Cenicienta' en la sala de estar cuando Bella notó que Emma lucía cansada.

-¿No estás cansada, pequeña? Pronto es hora de dormir - cuestionó Bella con una voz cantarina.

- Lo sé, señorita Bella, pero amo ver 'La Cenicienta'. Sé que la he visto muchas veces, pero es mi favorita - respondió Emma, balbuceando mientras abrazaba a su peluche de Pokémon con firmeza.

Bella no pudo evitar esbozar una suave sonrisa ante el gesto infantil de la pequeña Emma.

- Está bien, pequeña. Pero debes descansar. No quiero que tus padres te regañen cuando termine la noche -aconsejó Bella con tranquilidad.

- Está bien, señorita Bella... Lo prometo - contestó Emma, levantando su pequeño meñique en señal de promesa.

Bella simplemente sonrió ante el gesto de Emma y unió su meñique al de ella. Después de eso, Bella notó que Emma se había quedado profundamente dormida en su regazo.

- Oh, se durmió - murmuró Bella suavemente, cargó a Emma cuidadosamente para llevarla a su habitación y acostarla en su cama.

Después de abrigar a Emma con las mantas, Bella se sentó cansada en la mecedora cerca de la cama de la pequeña. Pronto, Bella también empezó a sentirse somnolienta. Después de unos minutos, cerró los ojos y se quedó profundamente dormida.

Pasaron algunas horas hasta que finalmente regresaron el señor Black y la señora Black a casa tras una larga noche de reuniones de negocios.

- Dios, qué reunión más absurda. Nunca volveré a asistir a una reunión como esa - comentó Violet en un tono suave y cansado.

- Opino lo mismo. Hablaron demasiado - añadió Izan entre dientes, con gesto serio y agotado.

Silencio reinaba en la gran y lujosa casa, ya que a estas alturas de la noche... era de esperarse, señores.

- ¿Será que la señorita Márquez logró hacer dormir a Emma? - murmuró Violet con curiosidad, mirando con atención las escaleras del piso de arriba.

- Supongo que sí, cariño. Es un poco raro que Emma esté tan tranquila. Vamos a ver - dijo Izan seriamente, mirando a Violet.

Los dos subieron las escaleras con cuidado y se asomaron a la habitación de Emma. Para su sorpresa, tanto Emma como Bella estaban profundamente dormidas, uno al lado del otro.

- ¡Increíble! ¡La señorita Márquez logró hacer que se durmiera! Y ella también se durmió - rió suavemente Violet, sorprendida por el hecho.

- Estoy asombrado - murmuró Izan con sorpresa y una sonrisa en el rostro.

Los dos observaron a las dos mujeres dormidas por un momento, antes de decidir dejar que siguieran durmiendo. Después de todo, parecía que la señorita Márquez había hecho un trabajo fabuloso al cuidar a la pequeña Emma.

Después de dar una última mirada a la escena, Violet e Izan retrocedieron y bajaron las escaleras, pensando en lo inesperado que había sido el hecho de que Bella lograra hacer dormir a Emma cuando ni ellos mismos lo habían logrado tantas veces.

La Melancolía Del  Amor®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora