Capítulo 14- Revelación de sentimientos

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父❀~✿父❀~✿父❀~✿父❀~✿父

Fue el cumpleaños de Richard. La mansión estaba decorada con globos, serpentinas y una enorme pancarta que decía "Feliz cumpleaños". Los chicos, incluyendo a Emma, estaban muy entusiasmados por la sorpresa que habían planeado para él.

En el salón, se escuchaban conversaciones y risas mientras todos esperaban a que Richard hiciera su entrada.

Justo en ese momento, Richard entró en la habitación, sorprendido al ver todos los adornos y a los invitados reunidos. Sus ojos se abrieron con sorpresa y algo de confusión.

Christian lo recibió con una sonrisa amplia.

- ¡Feliz cumpleaños, viejo! - exclamó, dándole una palmada en la espalda.

Richard todavía tenía una expresión sorprendida, pero una sonrisa asomaba en sus labios.

- No se esperaba esto, ¿eh? - comentó Dylan, apoyándose en un brazo.

- No, la verdad es que no - respondió Richard, todavía un poco abrumado.

Bella, que permanecía al lado de los chicos, le dio una sonrisa afectuosa.

- No podíamos dejar pasar tu cumpleaños sin celebrarlo como se debe.

Richard se quedó sorprendido una vez más. Miró a su alrededor y vio a personas de todas las edades, incluyendo a algunos amigos de la infancia, familiares y, por supuesto, a Bella, que le sonreía con calidez.

- ¿Tanto alboroto por mí? - preguntó él, todavía asombrado, pero claramente conmovido.

- ¡Por supuesto! - exclamó Emma, corriendo para abrazarlo.

Richard soltó una carcajada y la levantó en brazos, dándole un rápido abrazo.

- Gracias, pequeña - respondió, acariciándole el cabello.

Los invitados se acercaron a él para felicitarlo y darle sus regalos. Richard abrió a cada uno con una sonrisa creciente, agradeciendo a todos por sus presentes.

Bella se acercó a él, sosteniendo un pequeño paquete en sus manos.

- Ten - dijo ella, entregándoselo. - Este es para ti, de mi parte.

Richard tomó el paquete, sorprendido por la amabilidad de Bella. Lo abrió con cuidado, revelando un libro que ella había elegido especialmente para él, uno que sabía que disfrutaría.

- Bella... este es... - no pudo terminar, conmovido por el gesto pero aun así con su expresión de frialdad.

- Sé que te gustará - dijo ella con un tono suave. - Es uno de tus autores favoritos, ¿no?

Richard dio un rápido vistazo al libro y luego la miró con una sonrisa agradecida.

- Sí, lo es - respondió él, conmovido por su gesto, manteniendo su tono frío y distante. - Gracias, Bella. Eres muy considerada.

Con todo, la atmósfera era alegre y amigable. La gente charlaba, se reía, y Richard se sentía realmente querido y valorado por todos sus seres queridos.

Christian llenó un vaso con su bebida favorita y se lo ofreció.

- ¡Un brindis! - exclamó, elevando la copa. - ¡Por Richard, el tipo más decente que conocemos!

Todos levantaron sus vasos y repitieron el brindis.

- ¡Por Richard! - exclamaron en coro, bebiendo y riendo.

La Melancolía Del  Amor®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora