Capítulo 2
El sol del nuevo día pegaba de lleno por la ventana de la habitación de Elias. Abrió los ojos con facilidad y se sentó al borde de la cama. Vio su rodilla, que gracias al buzo de su novio, ya estaba agarrando costra.
Se paró y abrió la ventana. Del otro lado, Alexander organizaba sus cosas del colegio. Con una sonrisa curiosa, lo saludó. Alexander le devolvió el saludo con un beso tirado por un arco imaginario. Elias, con entusiasmo, se lavó la cara y se fue abajo.
—Buen día, campeón, —lo saludó su papá.
—Buen día, papá, —respondió Elias.
—Estoy haciendo huevos revueltos, ¿quieres? —preguntó su padre.
—Eh, no gracias, tomaré algo de chocolatada. Quiero llegar antes de entrar al colegio.
—¿Te verás con Alexander o qué planeas? —preguntó curioso.
—Me quería mostrar algo que encontró sobre el proyecto, —explicó Elias.
—Espero que verdaderamente hagan ese proyecto los dos, —dijo su mamá, apareciendo de repente.
—Buen día, ma —dijo sonriendo. Y claro que lo haremos los dos.
—Si tú lo dices, yo te creo, —respondió su madre, besando su frente.
—¿Y cómo está la rodilla? Deberían ver por dónde andan, —dijo preocupada.
—Está bien, hoy a la tarde iremos a buscar su bici que escondimos, —aseguró Elias.
—Bien, cuídate. Me voy porque llego tarde al trabajo, —dijo su mamá, agarrando las llaves del auto.
—Adiós, mi cielo, —dijo el padre de Elias. La madre tiró besos para todos y se fue con prisa.
Elias sirvió chocolatada fría en una taza, tomándola en segundos. Con rapidez subió de vuelta a su habitación y se cambió de ropa, tirando la que tenía puesta por cualquier lado. Se colocó una remera de rayas naranjas y blancas con un short negro con un cocodrilo en uno de sus bolsillos. Con esfuerzo se ató los zapatos y agarró su mochila de un manotazo.
Bajó de nuevo hacia el primer piso y salió de la casa a toda marcha. Esta vez tenía que ir caminando con Alexander, ya que solo uno tenía la bici. Entró como si nada a la casa de Alexander, saludando a su mamá y papá que estaban viendo televisión en la sala.
—¿Alexander está arriba? —preguntó.
—Sí, ya lo llamé hace media hora pero no sé por qué no baja. Ve tú y dile que se comporte —dijo la mamá de Alexander.
—Ok, le diré que baje, —respondió Elias con una risa.
Subió las escaleras y caminó hasta la habitación de Alexander.
—Hey, ya se nos hace tarde, ¿te acuerdas que no tenemos las bicis? —susurró.
—Ajá, —respondió Alexander.
—¿Ajá? —dijo Elias confundido.
En un cerrar de ojos, Alexander abrió la puerta y metió a Elias adentro. De forma juguetona lo dio vuelta agarrándolo de la cintura mientras sus frentes se tocaban.
—¿Acaso no saludas? Pocos modales, — dijo Alexander coqueto.
—Tú eres el que sufre de esquizofrenia, ¿desde cuándo me mandas besos con un arco imaginario? —respondió Elias riéndose.
—Si pudiese, iría volando hasta tu ventana y te saludaría de otra forma —le contesto Alexander.
entusiasmado, se quedó mirando a los ojos de Elias. Fueron interrumpidos por la hermanita de Alexander.
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Young Heart: Lovers
FanfictionThe Lovers' Saga {01} En un pintoresco pueblo de Bélgica, Elias y Alexandre, dos chicos de 14 años, disfrutan de su verano entre risas, aventuras y los pequeños momentos que hacen la vida especial. Su relación, forjada en meses de amistad y cariño...