capitulo 5
Todavía con resaca de haberse quedado hasta tarde, la mamá de Elias, Nathalie, lo sacudió para que se despertara.
—Son las dos de la tarde, señorito Elias —dijo Nathalie.
—Déjame, tengo sueño —respondió Elias aún medio dormido.
—Me alegra que la hayas pasado bien, pero deberías ver qué pasa con tu... novio —dijo Nathalie, un poco incómoda.
—¿Por qué?
—Bueno, su mamá parece estar enojada porque bebieron y me llamó. Esa señora es un poco imperativa.
—¿Beber? Nosotros no bebimos —respondió Elias, dándose vuelta.
Su mamá solo sonrió y le tiró su frazada lejos para que se levantara.
—Hay comida en la heladera, y creo que sobró algo de helado —dijo Nathalie, alegre.
—Bueno, ahí bajo —respondió Elias con una risa.
Elias se levantó con pesadez, se puso sus pantuflas y se dirigió al baño. Bajó al primer piso y se recostó sobre el borde de la cocina.
—No me puede doler tanto —dijo Elias frotándose los ojos.
Abrió la heladera y la volvió a cerrar, no tenía hambre. Se dirigió al freezer de la heladera y sacó el helado de fresa y chocolate.
Volvió a su habitación y miró por la ventana que daba a la habitación de Alexander. Todavía podría estar durmiendo, pero no se veía. Agarró su celular y se dio cuenta de que tenía cientos y cientos de mensajes de Alexander.
"Tenías razón, Valeria nos invitó para cagarnos la vida."
"Juro que no tomé nada, mis zapatos estaban llenos de vodka."
"Me arrepiento de haber ido."
"Elias, despiértate."
Eran los mensajes que más destacaban. Elias dejó el helado a un lado y, con asombro, respondió. Después de un par de mensajes, Alexander se asomó por la ventana, con una risa y mordiéndose los labios de bronca.
Ya sabiendo lo que pasó, Elias bajó rápidamente para ir a la casa de Alexander. Cruzó la calle y, pensativo, tocó la puerta.
—Hola, Elias. Alexander está castigado... temporalmente —dijo la mamá de Alexander.
—Él no bebió nada, lo juro —dijo Elias, suplicando.
—Sí, sí, ya sé que se aman y se defienden, pero eso no le quita el castigo.
—Entonces... ¿puedo pasar a verlo? —preguntó Elias, mirando hacia adentro de la casa.
La mamá de Alexander lo miró y pensó por un rato, suspiró y miró hacia atrás.
—Está bien, pero no va a salir de la casa —dijo la mamá, seriamente.
—Gracias —dijo Elias, abrazándola.
Elias subió las escaleras a toda prisa, tocó la puerta y entró como si nada.
—Gracias a Dios, pensé que no te iba a dejar pasar —dijo Alexander, dándole un abrazo.
—Tengo mis trucos —contestó Elias.
—No puedo creer que no pensé que me tiró el vodka solo para hacer esto —dijo Alexander, enojado.
—No creo que lo haya hecho de malas, Valeria es medio distraída.
—¿La estás defendiendo?
—¿Qué? No, obviamente que siempre te defendería a ti —dijo Elias, sentándose a su lado.
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Young Heart: Lovers
Fiksi PenggemarThe Lovers' Saga {01} En un pintoresco pueblo de Bélgica, Elias y Alexandre, dos chicos de 14 años, disfrutan de su verano entre risas, aventuras y los pequeños momentos que hacen la vida especial. Su relación, forjada en meses de amistad y cariño...