Capítulo XXI: La cita

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Los ensayos pasaron sin muchas complicaciones. Aunque había cierta tensión entre Melodie y Janet, esta última se mantenía en silencio y Melodie se había vuelto más pegajosa físicamente. Era tan extraño y confuso para ella.

     Hundida en estos pensamientos, antes de la última práctica, alguien se le acercó por atrás, acorralándola en su casillero y dando un ligero golpe metálico en este que espantó a Janet, causándole un sobresalto.

     —¡Tranquila! Solo soy yo —aclaró aquella voz ya familiar para ella. Aunque había sido una broma, se sentía algo abrumada con la cercanía física del muchacho.

     —¡Ah! Fang, ¡me diste un susto de muerte! —dijo mientras suavemente se deslizaba hacia un lado para dejar de estar acorralada. No quería que alguien llegara en ese momento y malentendiera la situación.

     El peli-azul disimuladamente puso los ojos en blanco, ciertamente molesto de que Janet no aceptara sus intentos de acercarse a ella.

     —Lo siento... Bueno, iba a preguntarte, uhm... ¿Te gustaría salir? Ya sabes, una cit- digo, salida de amigos, vamos a comer algo luego del ensayo, ¿qué dices? Yo te invito —pidió el asiático mientras se rascaba el cabello y miraba hacia abajo, nervioso. Aunque Janet se dio cuenta de la timidez con la que se lo pedía, prefirió no tomarle importancia. No quería pensar de más las cosas.

     —Oh, uhm... ¡Claro! Sí, me encantaría, ¿ya tienes algo en mente? —preguntó dirigiéndole una sonrisa, esa sonrisa que a Fang tanto le encantaba y deseaba tener para él.

     —¡Sí! Pensaba llevarte a un café que me gusta mucho. No es un lugar lujoso, pero es uno de mis favoritos —expresó mientras las mejillas se le sonrojaban.

     —¡Perfecto!, entonces vamos después del ensayo, ¿qué te parece? —sugirió la chica, a lo que Fang asintió con entusiasmo.

     —Muchas gracias, no sabes lo feliz que me hace que hayas aceptado... —decía mientras la veía encantado, sus dos ojos mirando de forma penetrante a los suyos.

     —Es un placer, Fang... —respondió desviando la mirada, sintiéndose incómoda con el contacto visual.

     Poco después, llegó Melodie y los chicos y pudieron comenzar. En la siguiente sesión comenzarían por fin a grabar, y la etapa de grabación duraría a lo mucho una semana. Después de eso terminarían el trabajo.

     Y aquello le daba cierta ansiedad a Janet.

     Seguía habiendo tensión entre ella y Melodie, y se sentía tan extraño. Melodie era distante y a la vez estaba tan atenta a ella. Casi no hablaban, pero de alguna forma, Melodie siempre estaba cerca de ella. Aquella dualidad de interés y, paradójicamente, desinterés, la tenían tan confundida. Esperaba que saliendo a comer algo con Fang pudiera olvidarse del tema un momento y pasar el rato con su amigo.

     Luego del ensayo, Fang estaba esperando a Janet en la puerta. Melodie estaba recogiendo sus cosas y los vio irse juntos. En el umbral, Fang le lanzó una mirada por encima del hombro que hizo a Melodie apretar los dientes, sintiéndose realmente celosa, casi marcándosele una vena en la frente por el desagrado que le tenía a ese tipo.

     El joven la llevó en su auto a un café en una zona muy bonita de la ciudad. Era un lugar pequeño, pero esos eran los que a Janet más le encantaban. Había algo en la sencillez y las cosas no muy lujosas ni extravagantes que la reconfortaban.

    Fang pidió un caramel macchiato con un bagel, mientras que Janet pidió un expresso. El chico comenzó a hablar sobre él, sobre sus papeles en películas y anécdotas de su trabajo. No obstante, no tardó en notar que Janet no le estaba prestando demasiada atención. Desviaba la mirada y por momentos parecía ensimismada.

The Melody Of My Heart (Janet×Melodie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora