The Melody Of My Heart (Janet×Melodie)

Capítulo IX: Vulnerable

¿Qué rayos había sido eso?

Era lo que Melodie se preguntaba desde que, después de salir corriendo, fue a ocultarse en otra sala y sintió su respiración agitada. Trató de no darle importancia, pero no podía ignorar lo que había pasado.

     Ciertamente, nunca había escuchado a Janet cantar, porque nunca le llamó la atención escuchar ninguna de sus canciones y hasta ese entonces nunca había cantado frente a ella. La había ya escuchado, aunque su orgullo le impedía reconocerlo, porque la había visto a escondidas.

     Creía que después de la amenaza iba a tener todo más fácil y a Janet en la palma de su mano, pero aquello venía a complicar la situación.

     La realidad era que Melodie era así de cruel con Janet por muchas cosas, pero además de que se había vuelto así desde que se le subió la fama a la cabeza y porque buscaba una forma de "vengarse" por estar atrapada con ella por un contrato, en el fondo, Melodie actuaba de esa forma porque inconscientemente se proyectaba en Janet. Tenía que sacar el estrés de alguna forma y Janet se había convertido en su saco de boxeo porque sentía que la otra vocalista era culpable de todo eso en primer lugar.

     Lo cierto es que, al ser una idol, estaba sujeta a ciertas medidas restrictivas. Detrás de esa imagen glamorosa, Melodie era presionada por su compañía a mantener una imagen perfecta. Tener que fingir ante los demás algo que no era solo la hizo más apática, y además, estaba también el tema de la apariencia física. Además de una dieta muy estricta, llevaba un régimen de ejercicio exigente. Ni qué hablar sobre los constantes entrenamientos vocales, de baile, actuación y gestión de imagen; las grabaciones de nuevas canciones, entrevistas y, en general, la agenda tan apretada que tenía. A veces la fatiga física y mental era mucha con todas esas actividades, sumado a que no comía mucho, se fatigaba más rápido.

     Sí, Melodie gozaba de todo lo que siempre quiso: popularidad, fama, reconocimiento; pero a cambio de todas esas cosas y de una presión y estrés que ni ella misma reconocía. Como consecuencia todo el tiempo se encontraba de mal humor y era fácilmente irritable. Cuando quería algo, fingía ser dulce, pero bastaba con cometer un solo y pequeño error para que se pusiera de los nervios. Su forma de sacar su propio estrés era ser así con los demás. Sus propios sentimientos negativos reprimidos salían en forma de actitudes violentas y groseras con otros, porque también había dejado de ser empática por eso mismo.

     No sabía por qué reaccionó así. No sabía por qué huyó. Solo lo hizo, su cuerpo reaccionó de esa manera. Nunca llegó a saberlo nadie, ni ella misma, pero cuando corrió, Melodie tenía un gran sonrojo en su rostro. El resto del día se la pasó tensa, sin dejar se pensar en esa situación tan... Extraña y desagradable.

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     Aunque a Janet aquel encuentro le resultó raro, trató de no pensar mucho en eso. Melodie, al menos desde que la conocía, nunca había sido una persona de actitudes normales después de todo.

     Al día siguiente, sí que se reanudaron las prácticas. El equipo de grabación ya estaba listo, así que podían empezar de nuevo. No obstante, ese día era distinto: Janet estaba un poco mas confiada. El haber cantado la hizo sentir menos tensa y haberse escuchado le hizo recordar que era una buena cantante y valía. Melodie tardó unos minutos en llegar.

     —Lo que sea. Acabemos con esto —expresó la peli-rosa mientras se ponía el equipo de grabación. Podía dar miedo, pero Janet ya no se iba a dejar intimidar.

     La canción abría con Melodie. Intercalaba entre coreano e inglés, demostrando además su talento para el rap. Después siguió el turno de Janet.