Please Let Me Bring My Man

Helaena Targaryen

"yo se los voy a demostrar, seré quien gane, decidí que debía ser fuerte, y me volví más fuerte, dije que no tendría miedo, ¿porque debería tenerlo? y de quien, yo soy la sultana que gobernara" Hurrem Sultán  

Cuando Helaena se enteró de su compromiso con su hermano, el mundo pareció detenerse a su alrededor. Por un instante, creyó que se trataba de una broma de mal gusto, una de esas bromas crueles que su madre a veces gastaba. Pero al levantar la mirada y encontrarse con los ojos fríos y determinados de Alicent, comprendió con un escalofrío que esta vez no había burla alguna en sus palabras.

El silencio que siguió fue roto por los gritos indignados de Aegon. Su hermano, con el rostro enrojecido por la ira, comenzó a vociferar y a gesticular violentamente. Helaena lo observaba con una mezcla de asombro y recelo, incapaz de procesar completamente la situación.

De repente, el sonido seco de una bofetada resonó en la sala del consejo. Alicent, con los ojos brillantes de furia, había silenciado a Aegon de un golpe.

"Te casarás con tu hermana. Ya está decidido", declaró su madre con voz cortante, cada palabra cayendo como un martillazo sobre Helaena.

Aegon, con la mejilla enrojecida y una mirada de odio, no dijo más. Sin dirigir una sola mirada a su hermana, dio media vuelta y salió precipitadamente de la habitación, dejando tras de sí un silencio pesado y opresivo.

Helaena permaneció inmóvil, sintiendo cómo su futuro se desmoronaba a su alrededor, mientras la realidad de su nuevo destino comenzaba a calar en lo más profundo de su ser.