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El apartamento se encuentra vacío cuando se levanta a la mañana siguiente, y no sabe si está decepcionado o aliviado. No tiene posibilidad de pensar mucho, recibe un texto de SangYeon diciendo que está de vuelta de sus vacaciones y JaeHyun le pide que venga a verlo a la cafetería antes de comenzar a trabajar.

Tocan la puerta de cristal aun cerrada, JaeHyun sonríe cuando ve a SangYeon y apresurado se dirige a abrirle, camina fuera de la puerta para poder abrazarlo.

—Hola, me alegra verte.

—A mí también —JaeHyun le da una palmada en la espalda y trata de soltarse para observarlo—. ¿Fueron buenas tus vacaciones?

—Sí. Recargue baterías, ya sabes —hincha el pecho con una sonrisa de orgullo—. Escribí mi discurso de padrino, mientras estaba allá.

—Nada vergonzoso, espero —dice JaeHyun, se ríe.

—Todo vergonzoso, mi amigo. ¿Tienes el conteo final de invitados para el banquete?

—Sí, te lo daré más tarde. Y el viernes debemos ir a recoger tu esmoquin.

—Muy bien, muy bien. —Señala con el pulgar por encima del hombro—. ¿Vamos adentro para tomarnos un café?

—Claro... —dice y luego vislumbra a JuYeon, y este captura su atención—. Oye, JuYeon —le llama, y cuando JuYeon se detiene, JaeHyun le pide acercarse—. JuYeon, quiero que conozcas a SangYeon, mi padrino. SangYeon, este es el padrino de YoungHoon, JuYeon.

SangYeon lo mira a los ojos, le da la mano. —Ah, mi competencia. Encantado de conocerte.

—Igualmente —dice JuYeon, con el ceño vagamente fruncido.

—¿A dónde te dirigías? —le pregunta JaeHyun.

JuYeon lo mira sin revelar nada. —A ningún lugar en especial. Nos vemos a la hora de la cena.

—¿De verdad cenaras mi comida hoy?

—Bueno, ayer me convenciste hablando de esas albóndigas con ajo.

La mención de ayer calienta la sangre de JaeHyun, pero no sabe si siente vergüenza por el recuerdo de cómo el día anterior le hizo sentir. No puede leer nada en la expresión de JuYeon, y eso lo frustra.

SangYeon, ajeno a todo ello, dice en broma. —JaeHyun sin duda conoce el camino al corazón de un hombre, ¿no es así?

—¿Uh? Sí —JuYeon se rasca la frente, inclinando la cabeza, sin mirar a ninguno—. Voy a llegar tarde, así que...

—Sí, nos vemos —JaeHyun dice vagamente, viendo cómo se aleja.

SangYeon le da un codazo. —Parece agradable.

—No está mal —no tiene idea de qué decir, ¿cómo podría poner en palabras su opinión sobre JuYeon sin meterse en problemas?

—¿Él se quedara por aquí? —le pregunta SangYeon, y es con un poco de amargura que JaeHyun le dice que no, que se marchara de regreso a los Estados Unidos después de la boda.

Dejando a YoungHoon sin un mejor amigo. Dejándolo a él.

Claro que no le dice esa parte a SangYeon.

YoungHoon entra en la cafetería más tarde, de manera sorpresiva. Nunca visita a JaeHyun en el trabajo. Pero está aquí hoy, y le da un rápido beso a JaeHyun estirándose sobre la caja registradora.

—Siento que no he estado contigo adecuadamente desde hace mucho. ¿Quieres ir a cenar esta noche?

—Ah, no puedo —dice JaeHyun torpemente mientras parte los brownies que sacó del horno por la mañana—. Ya le dije a JuYeon que esta noche cocinaré albóndigas.

𝗘𝗟 𝗣𝗔𝗗𝗥𝗜𝗡𝗢 | 𝗝𝘂𝗝𝗮𝗲 (𝗧𝗕𝗭)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora