Stereotype

Capítulo 8

Lavender no podía creer lo bien que había ido su plan. Ron Weasley, el chico del que decían no era material para novio, estaba empezando a subir sus calificaciones, bajando de peso, ganando musculo y siendo un caballero con ella.

Hermione estaba anonadada con estos cambios hasta que su nueva amiga Lavender le señalo que había hombres que no se convertían en caballeros hasta que conocieran a una damisela en apuros.

Fue entonces cuando Hermione comprendió donde había fallado su relación.

Ron era un tradicionalista pero en todo aspecto. Hermione apreciaba la caballerosidad pero deseaba que su pareja le dejará a sus anchas la mayor parte del tiempo. Lavender era más bien astuta como una Slytherin. Ella ocupo sus propios defectos en contra de su objetivo.

Si Ron quería ser un caballero de brillante armadura, ella sería una damisela en apuros. Una pura, casta y virginal doncella que esperaba a su príncipe azul para vivir en su castillo y cocinarle cada noche. Hermione sonrió, ya que aunque ese sueño de Lavender de ser ama de casa sonaba a sometimiento no era tal.

Por lo que había deducido, Lavender jugaba esas cartas, Ron lanzaba otras y Lavender salía victoriosa de cada encuentro, con Ron haciendo más y más de las cosas que Lavender le "sugería". Luego lo premiaba con una sonrisa coqueta, un apretón de manos debajo de la mesa y algunos besitos cerca de los labios que ponían rojo a Ron.

Era tan pavloviano y a la vez le recordaba a sus padres. Su padre hacía todo lo que su mamá le "sugería" aunque ambos eran dentistas con su propia práctica. Quizás Lavender tendría éxito donde ella fallo y decidió hablar con la chica.

Actualmente estaban en la cena, era la primera semana de diciembre y Hermione creía que Lavender podría hacer que Ron sacara su cabeza de su trasero y se disculpara con Harry. Hermione veía a Ron querer hablar con Harry, pero luego fruncía el ceño y mejor callaba o se iba del lugar.

Así que Hermione se acercó a Lavender y vio que Ron protectoramente se acercaba a ella, cubriendo parte de la chica con su cuerpo. Hermione casi se rió viendo esto pero aguanto las ganas de reírse a carcajadas.

—Lavender, ¿Podría tener un minuto de tu tiempo? —Lavender miró a Hermione y entendió que la chica no iba a ocultar su naciente amistad.

—Seguro Hermione, dirige el camino—Hermione sonrió y Ron se quedó perplejo. Esperaba algún tono mandón o que Hermione le lanzara insinuaciones a Lavender sobre él y su nulo potencial de novio pero... ambas chicas parecían amigables entre sí.

En momentos como este es cuando extrañaba más a Harry, ya que gracias a su buen temperamento, Harry tenía muchas amigas y entendía como pensaban ellas. Ron, por más que lo intento, no podía entenderlas... bueno, eso era casi totalmente cierto, con excepción de Lavender. Ella de alguna forma era fácil de entender.

Ron quería disculparse con Harry pero le era difícil hacerlo. Habían sido amigos durante tanto tiempo, que Ron siempre se imaginaba la vida de ellos codo a codo. Sus sueños eran parecidos en lo profesional, ya que Ron quería ser jugador de quidditch o ser entrenador de quidditch.

Incluso cuando Harry reveló que era gay, Ron se molestó porque su hermana había tenido esperanzas con Harry, pero no estaba molesto por que su mejor amigo fuera gay. Charlie era gay e incluso pensó en emparejarlos pero luego le entró la duda de si Harry pudiera estar enamorado de él.

Cuando tuvo el valor de confesarle este pensamiento a Harry, Harry había tenido que soportar semanas de Ron cambiándose en el baño o con sus cortinas fuertemente cerradas, como si Harry pudiera saltarle encima y abusar de él.

Ron sabía que tenía problemas para reconciliar la información de este tipo. En su mundo las cosas tenían cierto orden. Las chicas eran amigas o novias. La idea de que podías tener ambas cosas en la misma mujer era inconcebible. Ron tenía amigas, pero para él eran hombres con falda.