Capítulo 12

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El jardín de su nuevo hogar estaba decorado con flores blancas de diversos tipos, pero en los que destacaban las rosas blancas y las gardenias. Como eran los puntos focales, el aroma no era tan abrumador como cualquiera esperaría. Harry pensó que el decorador que les recomendó Regulus era muy bueno. Todo en su boda estaba perfecto, desde el altar hasta la zona de la fiesta, todo era justamente como él y Severus habían imaginado este día. Bueno, casi perfecto.

A pesar de que sus padres no estuvieron, Harry no podía haber pedido una boda mejor. Sus "primos" y los gemelos Weasley, su tía y hermana, así como su vice-padrino Remus, estaban a su lado. Le había escrito a Hermione que no se preocupara por él y le hubiera gustado decirle más cosas, pero nadie debía saber dónde estaban exactamente y como Sirius nunca investigó donde residía Regulus o Fenrir, por ese lado estaban protegidos.

Había más gente del lado de Severus, además de los Black-Greyback. Eran gente bastante diversa y Harry fue presentado a cada uno de ellos luego de que terminó la ceremonia con sus sencillos votos y un casto beso, los apasionados los dejarían para más tarde. Los había casado un juez de paz y estaban actualmente en la zona de fiesta dentro del enorme jardín de su propiedad. Severus había pensado en que necesitarían espacio para el bebé y sus futuros hermanos cuando pensó en su futuro hogar. Ambos habían acordado que 3 bebés era un número ideal.

La fiesta duro varias horas. Tanto Harry como Severus estaban tan felices de finalmente poder llamarse esposos y ser una familia. Cierto que a ambos les hubiera gustado más el haber hecho las cosas de forma más fluida, pero nadie espera encontrar al amor de su vida y destapar una conspiración para someter a un sector entero de la población mágica. Solo fue mala suerte.

Como fuera, esa noche solo tendrían algunos besos y caricias, ya que Harry estaba justo en medio del noveno mes y ya no podía moverse tanto. Después de Navidad, Harry estaba seguro de que en esos pocos meses se había enamorado de Severus y Severus estaba enamorado de él. No era ese amor abrazador del que hablaban en los libros, pero tampoco era un amor tranquilo como riachuelo.

Cuando hablo de esto con Remus, Remus le dijo que para él, el amor de Destinados era como un mar en calma. Sabes que todo está bien mientras estén juntos y en paz, pero si uno de los dos sufría, el otro mataría por devolverle la tranquilidad y la paz al otro. Es cuando ese mar se volvía un mar embravecido y ninguna magia podía calmar un mar en ese estado.

Harry pensó que era una buena alegoría. Ambos decidieron huir de Inglaterra por qué harían todo para someterlos y continuar sin cambios, pero al hacer eso, sería como embravecer ese mar. Algo más cruento que las dos últimas guerras iba a estallar si no se hacía algo.

Por fortuna, las ciudadanías mágicas eran relativamente rápidas y en un par de semanas, todos los exiliados tendrían ciudadanías nuevas para evitar ser regresados al Reino Unido.

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El tiempo pasó y los exiliados empezaron a vivir vidas tranquilas y normales. Los Alphas enlazados o emparentados con Omegas encontraron trabajos rápidamente, algunos parecidos a sus antiguos trabajos y otros en rubros que jamás hubieran imaginado. Los Betas encontraron que la oferta para ellas también era mucho mejor en sus países destino que en su país natal. Había una variedad de empresas que incluso trabajaban con muggles aunque con ciertas restricciones.

Los Omegas eran por mucho, los más felices con sus nuevas vidas. Muchos empezaron a buscar trabajos en aquellos rubros que les fueron vedados y pronto hubo Sanadores, Aurores y Jugadores de Quidditch Omegas, también Gerentes, Dueños de Negocios... no había un solo rubro que estuviera vedado. Lo que había eran reglamentos que tenían reglas bastante lógicas y fáciles de seguir.

StereotypeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora