Capítulo 4

4.7K 478 252
                                    

Harry había recibido un paquete de Remus, que resultaron ser libros. No tuvo tiempo de leerlos, ya que el paquete llegó el viernes y al día siguiente lo vería. El director había estado particularmente feliz de apoyar a Harry con los permisos de visita adecuados para su padrino y pareja. La profesora McGonagall le explico que eso se debía a que, con lo extremadamente raro que era encontrar a un destinado, era obligación moral ayudar a la pareja a cimentar su vínculo.

De ahí la serie de disposiciones de una habitación privada para la pareja, que en el caso de Harry, no podía permanecer en Hogwarts a menos que aceptara dar cátedra. Como Severus había sido alumno de todos los profesores actuales, excepto el de DCAO, pues la solución más factible era permitir un pase libre de visitantes, ya que todo el personal sabía que Severus JAMAS aceptaría dar cátedra.

También, dado que Harry era un Omega extremadamente poderoso, un caso único al parecer, la experiencia de otros Omegas, con más años que él, se podía considerar algo que debía promoverse, de ahí que Remus tuviera tantas facilidades para visitarlo.

Cuando Remus llegó el sábado a la hora acordada, los elfos ya habían dispuesto un servicio de té para dos en las habitaciones privadas de Harry. Harry estaba algo nervioso, pero lo primero que hizo Remus al verlo fue abrazarlo con el mismo afecto que siempre y eso tranquilizo a Harry. Su padrino era sincero respecto a sus intenciones.

Una vez asentados frente al té, Remus le pregunto si había hojeado al menos los libros, Harry negó con la cabeza, pero dijo que los leería en cuanto tuviera un tiempo libre. Entonces Remus le explico lo básico de los Omegas.

Para empezar, los Omegas no eran exactamente "máquinas de bebés", ya que tenían la misma oportunidad de embarazarse que cualquier mujer muggle. Es decir, incluso un Omega podía tener los mismos problemas de fertilidad que una muggle Beta común. Lo otro, es que contrario a los que pensaban que los Omegas aceptaban a cualquier Alpha, incluso una mordida no formaba un vínculo si el Omega no era receptivo.

—Harry, receptivo no quiere decir que quieras a una persona en particular exactamente. Un vínculo se formará si te muerden y eres receptivo a un Alpha. Receptivo quiere decir que a un nivel hormonal, tus propias hormonas lo encuentran "adecuado". Normalmente son características físicas como altura, fuerza, o psicológicas como inteligencia, astucia. Debe gustarte "algo" de un Alpha y aun cuando esta persona te parezca horrible, si tiene al menos una cosa que te guste, un vínculo tiene posibilidades de formarse—.

—¿Por eso crearon esa serie de pociones? ¿Las que rompen un vínculo? —Harry dio un trago de té y empezó a mordisquear una galleta de té con chocolate. Le encantaba morder la galleta digestiva y el malvavisco.

—Así es. Y pocos saben esto, porque es un secreto bien guardado, pero yo lo sé porque a veces Albus suelta "pedacitos de información sin querer". Severus fue quién creo estas pociones. Cuando se anunciaron, él pidió que la patente fuera pública y se "olvidaran" de su nombre, así, cualquiera podría producir las pociones. El hombre pudo haber hecho una fortuna, pero arguyo que debía ser pública para que nadie tuviera que estar con una pareja "a la fuerza"—.

—Sí, suena algo como él—Harry sonrió y a Remus no le pasó desapercibido que Harry no estaba contrario a la idea de que Severus era su pareja—Entonces, si puede desaparecer el vínculo "hormonal" entre un Alpha y Omega vinculados, ¿Cómo no puede deshacerse un vínculo de destinados? —Remus levantó una ceja—No estoy diciendo que quiera eso, sino que debe haber algo más en un vínculo de destinados que hormonas, si una poción o hechizo no puede deshacerlo—.

Remus sorbió unos tragos de té antes de contestar—Hay muchas fuentes e investigaciones sobre el tema. Algunos dicen que es un vínculo literalmente, destinado. Es decir, que las Moiras tejían a esa persona con tu hilo. Otros, que es más bien una persona cuya carga hormonal es tan altamente compatible con la tuya, que no habrá muchas probabilidades de encontrar otra persona así, y por ende, tus hormonas te hacen proclive a "enamorarte" de esa persona. Finalmente, unos pocos, dicen que aunque debe existir esta "alta compatibilidad hormonal", existe un componente psicológico a un nivel primitivo, algo en el inconsciente identifica a una persona como "altamente compatible mentalmente". Tú no eres consciente y tu mente se pone de acuerdo con las hormonas y te lanza a los brazos de esa persona—.

StereotypeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora