Capítulo 13

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Las protestas empezaron justo el día en que Harry estaba dando a luz a su primogénito. De un lado del mundo, el Ministerio Mágico de Reino Unido estaba sumido en el caos. Las mujeres Beta y las parejas de estas, estaban protestando por todos lados a la manera muggle, es decir, armadas con megáfonos muggles y pancartas.

Para los muggles que pasaban por esas calles, era un poco extraño que hubiera mujeres y hombres protestando por alguna clase de ley injusta, pero como esas cosas pasaban con cierta regularidad en su mundo, ignoraban el impacto real de esto. Para el Ministerio, esto era un pandemonio que se sumaba al estado de emergencia en que se encontraban por el éxodo de Omegas y el ultimátum de la Reina.

Los miembros del Wizengamot que habían tratado de organizar una reunión de emergencia, se preguntaban quién había filtrado su plan de hacer leyes que hicieran que las mujeres Beta tomaran el lugar que hasta entonces habían tenido los Omegas.

Una vez que se vio que no iban a lograr tranquilizar a los manifestantes y el ingreso al Ministerio estaba básicamente bloqueado del lado muggle, intentaron entrar por la Red Flu y los sitios habituales para ingresar también estaban llenos de manifestantes. El Caldero Chorreante y los Callejones Diagon y Knockturn estaban rebozando de manifestantes también.

Los Lords sangrepura tuvieron que darse por vencidos y Aparecerse en el vestíbulo del Ministerio, y se encontraron la misma situación. No podían Aparecerse en ninguna otra área del Ministerio por las fuertes barreras y finalmente los Lord sangrepura y los trabajadores del Ministerio que no estaban en las protestas tuvieron que marcharse a sus hogares.

Fue cuando muchos de los Lords encontraron que sus esposas no estaban y se habían llevado a sus elfos domésticos así como sus dotes. Les dejaron una carta donde les decían sin miramientos que ni siquiera intentaran hacer las leyes que estaban pensando, si no querían encontrarse siendo castrados a la manera muggle.

Estos Lords fingieron que todo estaría bien, que sus mujeres no los iban a abandonar y castigar de forma tan barbárica, pero sabían que sus mujeres provenían de familias que enseñaban ciertos métodos no muy ortodoxos de castigo y por eso las habían elegido como compañeras. Eran amas de casa, pero también eran luchadoras que no dudarían en usar cualquier medio para garantizar la supervivencia de sus descendientes.

Esa era la manera de los sangrepura. Educaban a sus mujeres como amas de casa y luchadoras temibles para proteger a sus herederos.

El último marido de Madame Zabini estaba feliz de que él nunca manifestó estar de acuerdo con dichas leyes y era cierto. Él había sobrevivido a su mujer gracias a que él era quién se dedicaba al hogar mientras su mujer hacia el dinero. Lucius Malfoy sabía que no debía intentar hacer nada que irritara a Narcissa o pagaría caro, así que se negó a seguir a los Lords que querían leyes restrictivas para las mujeres Beta.

Muchos de los Lords abandonados pensaron que estas protestas y el abandono de sus mujeres solo sería algo pasajero y en un par de días acabaría.

No lo sabían pero esta situación iba a tornarse más larga de lo que esperaban.

Mientras tanto, a un océano de distancia, Harry estaba pensando si en una vida anterior había cometido algún pecado imperdonable porque el dolor del parto era horrible. Él se había quebrado varios huesos en sus juegos de quidditch pero esto... este dolor donde parecía que su cuerpo y sobre todo, una parte inferior suya, iba a partirse en dos, capa por capa, nunca lo había sentido.

Al igual que su esposo, ignoraba lo que pasaba al otro lado del océano y en general, en realidad no le importaba. En ese momento toda su atención estaba en que ese dolor no fuera eterno y su bebé naciera sano.

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