La Pianista 'Harua [FINALIZADA]

008

─Es un piano rojo ─dice Yuriko corriendo hacía el piano.

Incluso en un día como este por la tarde justo antes de que las clases terminaran, apareció un piano en el patio de mi antigua escuela en la que ahora soy profesor.

─¿Ese es un piano? ─pregunto la presidenta de la clase acercándose a la ventana.

─Es un piano rojo ─todos se asoman a la ventana, así que también me acerco y junto a mi estaba Yua que al ver el instrumento sus ojos se abrieron grandes y su semblante cambia.

─Es el piano Taichi ─murmura, la observó y la veo algo triste, se vuelve y sale corriendo del salón. Tenía mucha curiosidad por saber que estaba pensando por lo que la seguí hasta los pasillos donde la escuche hablarle a su madre que iba a recogerla cada día sin falta; muchos creían qué había algo mal en Yua, que estaba enferma o algo parecido, pero ella estaba completamente bien ¿Verdad? Nunca la vi enferma o tener un carácter débil, ella podía soportar cualquier cosa, nada parecía afectarle mucho, solo era una chica con una madre a quien le importaba mucho su seguridad. Salvo por ese día, cuando a escuche hablarle a su madre y supe que incluso las personas más tranquilas y reservadas también explotan y llegan a un punto donde ya no es suficiente solo ser fuerte y callar.

─¿Qué hace aquí?

─Dijiste que no querías verlo, así que lo he traído a la escuela para donarlo al club de música ─Yua se veía realmente molesta, más que eso, triste.

─Entonces tendré que verlo cada día cuando camine cerca del club ─solloza─, tendré que soportarlo como lo hago en casa y seguiré pensando en él ─mis mejillas se ruborizan al escucharla tan alterada, me escondo y sigo escuchando lo que dice Yua.

─No quiero que dejes de pensar en Taichi, Yua, eso no es lo que quiero, por eso lo traje a casa para ti, como él lo quizo ─llevo mi mano a mi corazón y por un momento también siento que algo me duele por dentro.

─Pero no quiero verlo, aquí ni en casa. Taichi se ha ido y ahora tendré que pensar en ello cada día incluso aquí... recordaré que no pudo llegar a entregármelo en persona como planeaba hacerlo... No es justo ─sale corriendo, agachó la cabeza y permanezco escondido.

─Yua, cariño...

Luego de 5 minutos todos empezaron a salir de sus salones lo que indicaba que era hora de ir a casa, así que tan pronto como el pasillo se vacío y pude salir de mi escondite, camino hacía el salón hasta llegar a mi asiento, ya casi se habían ido todos, pero al levantar la mirada veo a Yua recogiendo sus cosas mientras aun llora, así que hice lo mismo y recogí todas mis cosas tan rápido como pude, de lo que me arrepentía pues ese día había sacado todos mis libros y útiles de la mochila y sabía que me tomaría mucho tiempo para guardar cada cosa sin dejar alguna en mi asiento.

─¿Por que hoy? ─para cuando me volví para hablarle a Yua y preguntarle si estaba bien, ya estaba solo en el salón─Oh... ─miro hacía todas partes y no había alma que me acompañará, con algo de prisa, puse mi mochila en mi espalda y salgo corriendo en busca de Yua.

Estuve buscando por toda la escuela hasta que finalmente la encontré en el patio cerca del piano rojo, estaba de pie frente a este y solo lo miraba, hasta que empezó a golpear las teclas mientras lloraba repitiendo una y otra vez vez "Estúpido piano", mi corazón se destrozó al verla así, suelto mi mochila y la tomo del brazo.

─¡Yua! ─solloza y cae sentada sobre el banco del piano.

─Todo es culpa del piano ─dice con sus mejillas húmedas y sus ojos cristalizados, pensé que quiza no debía estar ahí, pero no podía dejarla sola─, es todo su culpa ─no podía entender porque tenía tanta rabia hacía el piano rojo y nunca pude preguntarle directamente, solo lo sentí; no conocí a Yua muy bien, pero de seguro sus circunstancias eran diferentes a las mías en todos los sentidos, ella sentía mucha tristeza en su corazón.