Alexandra
Mase conduce por lo que parece 30min hasta llegar a una zona descampada, donde básicamente hay naturaleza y el camino de tierra —¿Por qué estamos aquí? —pregunto cuando nos detenemos.
—Tu querías aprender a conducir —abro los ojos ante la mención de mi intento a inscribirme a una escuela de manejo —así que te voy a enseñar todo lo que necesites saber —me le quedo mirando y después salgo para ver todo el lugar en donde estamos.
Si bien hay farolas que iluminan nuestro alrededor, se nota que ya este lugar no se podría considerar parte de la ciudad, sino un área rural —aquí no hay peligro de que te hagas daño al aprender a controlar un auto —veo en su dirección y ya está sacando de atrás cinta y conos, no evito sonreír cosa que él hace lo mismo —si controlas lo básico pasaremos a la parte más difícil.
—¿Por qué lo haces? —deja todo en el suelo y se me acerca hasta que estamos frente a frente. Sus nudillos rozan muy delicadamente el costado de mi rostro que mis ojos se cierran disfrutando el mínimo contacto.
—Una parte de mi quiere complacer cada cosa que desees —abro mis ojos —mientras que otra lucha para sacarte de mi cabeza y alejarme —trago por toda la tensión que se está formando a nuestro alrededor. Su toque pasa a mis labios y yo abro muy poco estos que el aprovecha para tocar mi labio inferior, "dios, siento que puedo morir de combustión instantánea por este hombre".
Mase baja la mano y se aleja dejándome toda alterada mientras prepara la pista en donde iniciaré mi clase —¿y si no quiero que me enseñes? —este no me mira y sigue colocando la cinta —recuerdo bien que te dije que no iba a dejar que me enseñaras nada, hasta te hice una llave que acabaste en el suelo —termina de colocar la última cinta formando un circuito completo, con curvas y rectas. Al volver hacia donde estoy toma mi mentón con firmeza clavándome sus ojos que por el entorno en donde estamos se ven muy oscuros.
—Quiero que escuches bien, Alexandra —su voz suena autoritaria que bien mis piernas podrían empezar a fallar —solo hay una persona que permitiría que te enseñara a parte de mí y ese es Dan o por consiguiente su padre, pero —inclina mi cabeza hacia atrás apegando su torso al mío que su colonia invade mi nariz y solo empeora mi nerviosismo —el único que te enseña a conducir soy yo, ¿soy claro? —trago sin poder responder —respóndeme mia piccola —"listo, ya puedo morirme". Escuchar a Mase hablar en italiano acaba de mandar el poco raciocinio que tenía al espacio. Mi cabeza se mueve afirmativamente y este sonríe —bien —me suelta y toma mi mano —empecemos la clase.
Creí que conducir sería algo más sencillo, pero ya vi que me tomará varias clases para si quiera poder dejar el nervio cuando acelero demasiado o me llevo por delante una cinta. Sumándole que la presencia de Mase no me ayuda mucho ya que el hecho de que se acerque al punto que su aliento roce mi oreja me eriza los vellos y ya mi mente no está pendiente a lo que habla sino a su cercanía, "no, definitivamente es imposible concentrarme" —intenta ver el manejo como otra cosa —dice —no simplemente es encenderlo y pisar pedales —respiro lento, tratando de retener cada palabra en mi cerebro sin que mi nerviosismo se interponga —piensa en el auto como un medio para controlar algo que más quisieras. Un medio que se vuelve parte de ti y ya no solo algo externo —su explicación me deja dubitativa, "algo que quisiera controlar...". Enciendo nuevamente el auto y despacio voy pisando el acelerador —eso, así, escucha bien el motor, siente las vibraciones —aumento un poco más la velocidad y al momento de dar el primer giro no me llevo por delante la cinta y lo hago bien que me detengo —bien hecho —"lo hice, gire bien y mantuve el control".
—Quiero intentarlo otra vez —le digo mirándolo y este asiente. Enciendo el motor y vuelvo a colocar en mi mente lo que deseo controlar, "mi autopercepción y autoestima". Puede parecer algo sin importancia y para muchos algo que a esta altura ya no me tendría que afectar, pero es difícil que algo no te afecte cuando es una espina que te persigue desde pequeña.

ESTÁS LEYENDO
MI OBSESIÓN
RomanceLIBRO 1: SAGA REENCUENTROS Y SECRETOS Fui criado para gobernar, mi padre toda la vida me enseñó como tenía pensar y actuar para conseguir lo que deseo. Me guío y dictó cual camino debía seguir para conseguir y recuperar una grandeza pasada que nos f...