Alexandra
"No puedo dormir". Me levanto de mi cama y me quedo viendo el suelo repitiendo todo lo sucedido en la tarde.
El almuerzo con los señores Conte fue muy agradable, ambos me trataron como un miembro más de su familia, me mostraron fotos de Mase de pequeño y las travesuras en las que muchas veces se metía, ya sea solo o con Dan.
Pude conocer quien fue su madre y decir con seguridad que su hermana tiene bastante parecido a ella, también pude ver quien es su papá y tal como Mase me había dicho, sus abuelos no lo aprecian mucho. En las fotos se podía ver los felices que eran, como sus miradas mostraban eso que yo tanto veo en los ojos de mis padres.
Lo que me esta inquietando es su declaración de ser parte de la mafia. Si bien mi mente en el momento de su declaración estaba dividida, al bajar del subidón y estar nuevamente tranquila, no he podido dejar de pensar en la magnitud de su confesión, "lo amo eso es seguro, y como le dije, quiero ser una compañera, no una novia que tenga que proteger".
Pero el concepto que tengo de la mafia, que es la que todo mundo maneja, no es para nada...buena. Tuve que tragarme mi incomodidad ante mis padres ya que se que el decirle quien es realmente Mase solo provocará que quieran alejarme de él y eso es lo último que quiero, "¿Por qué tenia que ser algo tan peligroso?". Voy hacia mi ventana viendo como la luna esta en lo alto, "¿realmente podré con todo lo que implica?, ¿seré lo suficiente para él?".
Las cuestionantes son bastantes como para tomar mi teléfono y escribirle un mensaje al único con el que podría hablar de este tema.
—Algunos si llevamos la fiesta en paz con morfeo —me rio al ver hacia atrás y encontrarme a un Dan adormilado, con unos pantalones de chándal y una camiseta sin mangas negra, despeinado y bostezando.
—Lo siento —se sienta a mi lado y mete los pies en la piscina imitándome.
—Dime —me revuelve el cabello —¿Qué te tiene tan inquieta que estás despierta a las 3 de la madrugada?
—Se quien es verdaderamente Mase —noto como todo su cuerpo se tensa y el sueño que antes tenía, se esfumó. Dan aleja su mano de mi cabeza y me mira serio.
—¿Qué sabes exactamente? —trago sin alejar la mirada.
—Se que es la cabeza de los malos, Dan y tu —entrecierra los ojos —lo ayudas —no se si son segundos o minutos, pero ambos nos quedamos en silencio viéndonos hasta que Dan suelta un suspiro bastante auditivo y se apoya en sus manos mirando hacia el cielo.
—No creí que te lo llegara a decir tan pronto —pasa una manos por su rostro —ya veo porque me llamaste.
—Mase me dijo que nadie de tu familia lo sabe —Dan me mira —así que no podía ir con Melina y hablar con ella —vuelve su vista al cielo.
—¿Qué quieres saber? —veo hacia el agua, notando mi reflejo.
—¿Han matado a...—la mera pregunta me es difícil de completar.
—No tenemos las manos limpias, Alexandra —giro a verlo y choco con esa mirada casi ambarina bajo la luz de la luna —en el entorno en que nos movemos, la traición es el pan de cada día, que sino sacas los dientes, mueres.
—¿Han llegado a traicionarlos?
—Lo han intentado, pero siempre fueron descubiertos —puedo sentir como todo dentro mío se encoge —no matamos a diestra y siniestra si eso es lo que te tiene con miedo —vuelve su vista al frente —si se llega a ese punto es para mantener una imagen y un dominio—bajo la mirada y aprieto las manos a modo de tratar de calmarme —pero así como llegamos a ser criminales, somos leales y protegemos a los nuestros —vuelvo a verlo —si bien hacemos cosas incorrectas —ladea su cabeza mirándome y esta vez hay algo de calidez en ella —somos gentes de códigos y reglas —me guiña el ojo logrando romper un poco el ambiente de tensión que había.

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MI OBSESIÓN
RomansaLIBRO 1: SAGA REENCUENTROS Y SECRETOS Fui criado para gobernar, mi padre toda la vida me enseñó como tenía pensar y actuar para conseguir lo que deseo. Me guío y dictó cual camino debía seguir para conseguir y recuperar una grandeza pasada que nos f...