Alexandra
El viaje de regreso lo hacemos en silencio, ni los demonios ni yo hemos pronunciado palabra alguna ni han intentado iniciar una conversación y es algo bueno para mí, ya que siento que todo dentro mío acaba de morir por completo, "sino hubiera interrumpido, Mase realmente habría llegado a casarse con esa mujer". Quisiera encerrarme nuevamente en esa habitación, no ver a nadie y sumergirme en lágrimas y lamentos, pero eso no va a cambiar nada de lo que ya está pasando.
Cuando el avión aterriza y la escotilla se abre, soy la primera en ir hacia la salida, pero mis pies se detienen al encontrarme con un ejército de hombres abajo. Cada uno viéndome directamente, puedo notar en varios asombro, en otros orgullo y algunos están con una expresión de asombro, como si lo que estuvieran viendo fuera una ilusión —al parecer desean darte la bienvenida, Ninfa —dice Dominik a mi espalda.
Cuando visualizo una cara conocida es que comienzo a bajar y me acerco hacia el hombre que conocí hace unos días atrás —gracias por cumplir con mi petición —el hombre mayor esboza una ligera sonrisa antes de caer en una rodilla ante mi cosa que me toma por sorpresa.
—Jure siempre servir a los Bernardi hace mucho tiempo, pero cambie mi juramento en cuando su madre llegó al poder —el hombre alza la vista clavando sus ojos negros en mi —proteger su legado hasta que llegara el día en que su descendencia tomara posesión de él, ha sido mi único motivo cuando tome la posición de capo de la famiglia —los demás hombres lo imitan y toda la situación empieza a abrumarme de cierta manera —sabemos bien que usted no ha crecido dentro de este entorno, que todo esto llega a ser algo nuevo y aterrador —vuelvo a mirarlo —pero también sabemos que por sus venas corre esa misma sangre que por generaciones nos han dirigido, esa que sabe cómo alzarse entre todos demostrando su supremacía, esa misma que demostró su madre cuando tomo el puesto y calló a muchos cuando la subestimaron pensando que era débil solo por ser mujer —trato de mantener una expresión neutra, pero todo dentro mío está temblando de nervios —le pedimos todos nosotros, que tome el control de su legado, vengue a sus progenitores y devuelva el orden que toda Italia necesita —cada hombre se golpea tres veces en el pecho sin levantar la cabeza.
Se bien que la decisión que tome no solo me afectará a mí, sino a muchas vidas y esta es solo una pequeña muestra. Jamás creí que llegaría estar en una situación como esta, pero es cierto que esa sangre que ellos mencionan corre por mis venas y ahora está más despierta que nunca, "lo que le dije a Mase es verdad". La Alexandra que lo amó con locura y posesión murió en el momento en que lo vio parado en ese maldito altar junto a otra, la que no le importó a que se dedicaba con tal de estar a su lado. Murió en el momento en que vio a los amigos que consideró como hermanos en medio de los invitados y como testigo, esa Alexandra quedó en esa iglesia viendo la verdadera cara de todas las personas que apreciaba.
"Alexandra Kiereva es la mujer ingenua que amó y confió a ciegas para terminar siendo traicionada, quedando totalmente rota"
—Paolo Rossi —este levanta la mirada —te nombró como mi mano derecha, estarás a cargo cuando no esté presente y me informaras sobre el estado actual de la organización —logro que mi voz suene firme y segura.
—Como ordene —responde poniéndose de pie y se coloca a un lado dejándome frente a todo un ejército.
—Yo no he nacido dentro la mafia —digo —hasta hace unos días atrás yo vivía una vida típica y monótona, desconocida de mis orígenes y de todo lo que me habían arrebatado —trago — crecí bajo el nombre de Alexandra Kiereva, hija de un informático y una ama de casa —cada hombre va subiendo la mirada —irónicamente el destino me mostro una parte del mundo ilícito, una en donde me hice conocer bajo el apodo de Ninfa y también me puso en el camino al hijo de uno de los hombres que me quitaron mi vida —bufo —uno que me engañó totalmente bajo la idea del amor —el simple hecho de contarlo me deja un sabor amargo en la boca —casi consiguieron su objetivo, pero por «suerte» —hago comillas con los dedos —sobreviví y ahora estoy aquí frente a ustedes para asumir un legado que mis padres debieron entregarme personalmente, pero que por culpa de ciertas...ratas no llegaron a hacerlo —hago una señal con la mano para que se levanten —no obligaré a nadie a seguirme, quien no le apetezca estar bajo el mando de una mujer tiene ahora la oportunidad de irse —espero segundos, minutos, pero ninguno llega a moverse.
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MI OBSESIÓN
RomanceLIBRO 1: SAGA REENCUENTROS Y SECRETOS Fui criado para gobernar, mi padre toda la vida me enseñó como tenía pensar y actuar para conseguir lo que deseo. Me guío y dictó cual camino debía seguir para conseguir y recuperar una grandeza pasada que nos f...