CAPITULO 8

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Mase

Busco en mi teléfono las cámaras de la pista y al ver en cual están la velocidad en la que pasan me hace cerrar aún más el pecho y la garganta —¿en cuál va Alexandra? —pregunto sin apartar la mirada del teléfono.

—En la moto negra —responde el señor Ferran y mi agarre se intensifica, "¿Por qué tenía que escoger el vehículo en el que está más expuesta?".

—Adivino —dice Dan —Melina va en el Mustang, ¿verdad? —veo de reojo como su padre asiente y este maldice —¿Por qué carajos las dejaste meterse?

—Porque así no las haya apoyado, tu hermana iba a encontrar la manera de entrar y ahí sí que hubiera estado en grave peligro —noto una cabellera rubia que me resulta familiar y me fijo en un chico rubio metido de lleno en su computadora tecleando muy rápidamente, "espera, ese es...".

Mis pies se mueven rápido y lo agarro del cuello por la parte de atrás tomándolo desprevenido —hey, ¿Qué te pasa? —se agita mas no lo suelto.

—Tu eres su amigo —este frunce el ceño y me mira más detenidamente hasta que chasquea los dedos.

—Tu eres Mase, el que le gusta a Alex —lo suelto y este se arregla la ropa sonriendo.

—¿Qué haces aquí? —siento a Dan detenerse atrás de mí.

—Pues...—se rasca la nuca —las chicas me dijeron que iban a correr y yo...—ve su computadora y no dudo en tomarla viendo una serie de letras y números que no entiendo. El chico me la quita de las manos y por su forma de hacerlo sé que es algo importante.

—Termina para que las puedan ver Richard —veo sobre mi hombro al señor Ferran y el chico empieza nuevamente a teclear. Al volver a verlo su concentración es bastante buena que en solo unos minutos tiene una visión desde distinto punto de la carrera. Una mano en mi hombro se estrella y veo que es el señor Ferran —esa chica no es tan débil como crees.

—No sabe en lo que la está metiendo —alejo su mano y me pongo de frente a el —lo respeto, pero las carreras han cambiado de cuando usted las coordinabas —este sonríe negando.

—Las carreras siempre serán las mismas muchacho y créeme, mi hija y esa chica —apunta a la pista —tienen un coraje y habilidades muy buenas y no solo hablo de la conducción —frunzo mi ceño y el sonido de un disparo me alarma que veo la computadora —ya empezó.

Alexandra

Acelero pasando por en medio de dos autos cuando el sonido de un disparo me llega a los oídos, al ver hacia atrás veo como una de los autos patina hasta acabar destrozado en medio de la carretera —carajo —escucho a Melina por el auricular —Alex, prepárate que ya inicio la parte fea —acelero hasta estar a su lado, siento que algo me roza el casco y veo de nuevo hacia atrás, "hijo de puta".

—Este es mío —digo y acelero hasta ponerme en una distancia prudente que hago una vuelta en U, quedando a contra mano de todos, me voy con todo hacia Melina y con fuerza levanto la moto para pasar por encima de ella, al estar arriba es que saco el arma que me dio el señor Ferran.

Recuerden, en donde ustedes quieren entrar no es una simple carrera o un simple recorrido de máxima velocidad. Aquí encontraran todo tipo de personas, honestas y escorias, todos son admitidos que tienen un único objetivo: cruzar la línea de meta. Así que si van a estar en medio de esto, no solo tienen que aprender a conducir sino también a pelear, no solo para ganar sino también para seguir vivas.

Apunto a la rueda del frente mientras vuelvo a topar el asfalto y maniobro nuevamente para quedar en la dirección correcta, pasando de largo al conductor que derribé —¡vamos carajo, esa es mi amiga! —sonrío por el grito de Melina y me concentro en recuperar la distancia perdida.

MI OBSESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora