Un Secreto En La Sangre (Libro 1 - Corrigiendo)

XXIV - "C"

~Oliver~
2 semanas después
6:35
Ya llevo 25 días desde que escapé de mi padre, 23 días en el bosque y 20 en el clan Golden Moon.

En este corto tiempo han sucedido muchas cosas: he descubierto que existen sombras que pueden tocar a los humanos, en mi interior habita algo extraño que no logro controlar y que parece tener vida propia, fui perseguido por sombras desde que llegué al bosque, me secuestraron y me obligaron a estar en un clan en el que no conocía a absolutamente nadie, estos dudaron de mí y me hicieron sentir pésimo cuando ni siquiera sabían quién era, nos atacaron, volví a descontrolarme y casi me matan, los de ese dichoso clan resultaron ser una especie de hombres lobo, tuve una micro-discusión con mi salvador, fuimos a una cueva y resultaron haber cazadores afuera, Axel resultó herido y, en lo que va de la semana, tuve repetidos encuentros sin sentido con "Emmeline" en forma de sombra y he dormido varias veces con Axel.

Y todo en menos de un mes. Vaya lío.

Suelto un suspiro al recapitular sobre todos los sucesos que me han pasado en este periodo tan corto para mi gusto mientras siento el agua recorrer mi cuerpo.

No es que sea un miedoso (sí lo soy). Solía poder quedarme en mi habitación incluso viendo a las sombras, pero esta vez es diferente. Me es inquietante ver a Emmeline, la persona que siempre ha estado para mí, de ese modo. Sé que no es ella, pero me produce un pánico horrible.

Me hace sentir fatal el saber que estoy tan mal mentalmente que incluso he llegado al punto de verla a ella en versión sombra. Se siente mucho peor que ver a la sombra de mi padre.

Vuelvo a abrir los ojos y decido finalizar mi ducha. Salgo mientras me seco con una toalla y me observo en el espejo mientras hago una mueca.

─Joder, ¿por qué demoro tanto en engordar? ─se queja en un murmullo mientras se toca el rostro.

Me coloco una bata y salgo para después, rebuscar algo con lo cual abrigarme, ya que hace unos días había comenzado a nevar y la temperatura había disminuido.

Con la nieve me vino un recuerdo de Axel en el día que comenzó a nevar. Ese día me encontré con él cuando salí corriendo de la cabaña para ver la nieve caer y me reprendió por no colocarme nada para abrigarme bien mientras me daba otro de sus abrigos y Judy reía entre dientes porque me estaba quejando de que no era necesario.

Lo vas a dejar sin ropa.

Me gustaría volverme más cercano a Axel, es decir, es la persona que me rescató y se preocupa sinceramente por mí. Pero me da miedo. Me da miedo que al final de todo esto, solo sea para poder tenerme en la palma de su mano. Me da miedo que después de todo, solo sea un trabajo más para él.

No quiero sobrepensar como siempre, pero... No es tan tonto pensarlo de esa manera, ¿no? Axel es el hijo del líder y yo soy un simple humano. Su especie estaría en peligro si yo suelto algo de información sobre la existencia de ellos.

─Que complicado ─murmura, suspirando mientras se cepilla el cabello y minutos después sale de la habitación, bajando a desayunar.

Al llegar, me encuentro a Axel y Nora hablando tranquilamente, quienes al verme, dejan de hablar y me saludan.

─Buenos días ─dice mientras se acerca.

─Buenos días, Oliver. ¿Cómo has dormido? ─le pregunta Nora.

─Bien, gracias ─le sonríe.

Bueno, dormí otra vez con Axel, pero sí dormí bien, así que no es mentira. Miro de soslayo a Axel y veo que tiene una sonrisita en el rostro, por lo que vuelvo a mirar a Nora con las mejillas coloradas sin tener una clara razón del por qué.