El vibrante día había llegado con el alba atravesando como siempre la ventana de Fayna, la cual al sentir los rayos del astro, se levantó animada de su cama. Hoy era el día de la misión a Hunaland, tenía que estar en las puertas de la guardia a las 7 en punto, haciéndola vestir apresuradamente para tomarse el tiempo de desayunar.
Salió de su habitación con una sonrisa dirigiendo sus pies hasta la cantina donde esperaba encontrarse con Nevra o Ezarel, la chica odiaba comer sola en público. Para su fortuna, el atractivo vampiro estaba en el sitio, la azabache sonrió alegre, sonrisa que fue devuelta por el contrario.
- Parece que alguien se levantó de buen humor... - Exclamo el mayor.
- ¡Obvio que sí! Por fin voy a ser un poco más útil.
- ¡Hey! No eres una inútil, pero te entiendo linda. – Dijo para después abrazar sus hombros cortamente. - ¿Quieres que te sirva el desayuno? –
- ¡Por favor! Tengo bastante hambre... ¿Qué hiciste de desayunar? – Pregunto la fémina al no ver a Karuto en la cocina, un acontecimiento extraño.
- Huevos con tocino, algo rápido y lo suficiente para empezar. No te preocupes, llevo aperitivos para el camino, será uno muy largo...
- Vaya, no había pensado mucho en eso, muchas gracias Nevra...
- No tienes que agradecerme dulzura, pero si quisieras darme las gracias de otra manera, no me quejaría. – Extendió el plato hacia Fayna con una sonrisa coqueta, que fue devuelta por ella, tomando desprevenido al vampiro, cambiándole un poco la cara.
- ¡Jajajaja! ¿Qué pasa... dulzura? – Imito al hombre que no espera esa respuesta.
- ¡No se vale! – El pálido ahora se encontraba un poco ruborizado de la vergüenza. – Me agarraste desprevenido, eso es todo. –
- Lo que digas mi Nevra. – Guiño un ojo para dirigirse a una mesa, siendo seguida por el azabache.
El desayuno fue rápido, no tenían más de media hora para desayunar, sacar sus pertenencias y estar en la puerta, por lo que la conversación fue corta y sencilla, concentrándose más en la comida que había delante suyos. Al terminar, ambos fueron a sus respectivas habitaciones a tomar sus mochilas; Nevra se hallaba esperando a la fémina en el pasillo de las guardias para salir juntos del cuartel.
- Gracias por esperarme, no quería ir sola...
- No estás sola Fayna, siempre voy a estar para ayudarte ¿ok?
- Si... Gracias Nevra.
No les tomo mucho tiempo para llegar a las grandes puertas rosadas que se postraban imponentemente junto a los muros de sus alrededores. Los ámbares miraron estas con una sensación agridulce en el cuerpo, esta vez no estaba para escapar, estaba para explorar el mundo, para descubrirse, para ser ella misma.
La mayoria de las personas encomendadas se encontraban reuinidas, solo un par aun no estaban ahí y uno de esos era Ezarel.
- ¡Tomare lista! – Hablo Ykar al ver a los dos azabaches llegar. – Nevra, Chrome, Ewelein, Ezarel, Cameria, Sonzu, Valarian, Alajea, Andromeda Y Fayna.... ¿Dónde está Ezarel? – Pregunto la pelirroja.
- No lo sé... Yo voy llegando y no lo vi. – Dijo Andromeda, sus cabellos azulados demostraban que acababa de levantarse.
- Maldición... - Ykar era la encargada de despedir a los reclutas, era similar a ser la segunda al mando pero a lo lejos.
- No te preocupes Ykar, aún faltan 7 minutos, no creo que tarde en llegar. – El casanova tomó riendas de la situación, su amigo no iba a fallarle, sabía lo perezoso que podía ser el elfo.
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Enamorada de lo peligroso (Eldarya)
FanfictionUna misión que cumplir, Fayna, total desconocida en todo ámbito en el mundo de Eldarya y aun así dioses y el mismo Oráculo confían en ella al ser la "elegida". Incluso con grandes convicciones y un fuerte sentido de la justicia el camino por recorre...