Sin mirar atrás volvió a su cometido pasando por los cientos de millones de peldaños que lucían infinitos. No perdió mucho tiempo en deliberar qué ejecutar, rememorando el panorama fuera del edificio que parecía ser la superficie, Fayna corrió hacia lo que suponía era la escapatoria a aquella ruina, hasta que se topó con colosales puertas impidiéndole el paso.
Blasfemaba internamente al onírico lugar que la conservaba presidiaria e incluso era manejada como tal, no toleraba ni tenía presente aguantar un segundo más en ese espacio, haciéndola pensar en una segunda opción la cual no tardó mucho en desarrollar; su plan era simple, escalar el muro que parecía medir 3 metros, la de piel pálida estaba segura que podría con eso, había escalado muros más altos que aquel imponente que se postraba frente a ella.
Los ámbares mostraban determinación pura, haciéndola fruncir el ceño antes de correr directo al concreto, tomando impulso con las puntas de sus pies haciéndola subir un poco más alto, aferrándose a la inconsistente muralla rosada que de cerca lucia mucho más prominente. Eso no intimido a la intrépida azabache que se esforzaba cada vez más en llegar a la cima, para su mala suerte, eso no sucedió; de un momento a otro, sus manos perdieron todo su agarre y fuerza, haciéndola caer de espaldas, recibiendo un buen golpe de por medio, siendo este un poco amortiguado gracias al creciente pasto de la zona.
Sus pálidas palmas ahora denotaban un ligero carmesí debido a los raspones causados por su fallido intento de no regresar al duro suelo, fracasando en la acción. La numantina mujer observo las antes mencionadas con frustración, intentaba no gritar por la desilusión, un metro, solo faltaba un metro para volver a ver nuevamente foresta y su libertad; porque Fayna continuaba suponiendo que del otro lado de la muralla estaba su tan apreciado bosque, animales y hogar, fantaseaba con el reconfortante baño caliente que se daría al regresar. Pensó con mente positiva, no podía rendirse, no cuando estaba tan cerca de su objetivo, a un paso de su falsa autonomía.
Se levantó de un brinco y respiro a fondo, trataba continuar con la cabeza fría, de igual manera lucía casi inasequible, su desesperación se distinguía a cada intento que daba, y tomando todo su impulso saltó.
Con completa fuerza e impulso escalo, cada vez subía varios centímetros más, más cerca del final y estando casi arriba de la muralla, en la orilla donde sus manos se aferraban con todo lo que tenían, porque si, ella podría decir que se aferraba a ese muro con su vida, en su mente realmente así era. Fayna solo veía muerte en aquel sitio donde las personas eran raras no solo físicamente; la joven planteaba sus razones de ser así, ¿porque vestirían así? Se veían esplendidos, pero no se respondía el motivo de dicha acción.
Continuo tirando de sus pobres manos que sujetaban todo su peso en aquellos pálidos y finos dedos, sus manos que siempre fueron preciosas ahora se encontraban llenas de cortadas, no le importaba, hacia su esfuerzo pero no había espacio donde apoyarse, sus manos y brazos no eran suficientes para tal hazaña, casi rasguñando el duro concreto peleaba por no caer.
Aun aferrándose con dientes y uñas termino cayendo nuevamente de espaldas, esta vez azotando más horriblemente que la anterior, soltando un quejido más fuerte ante el dolor de su caída, se sentía frustrada, estaba cerca de lograrlo que incluso había sonreído, el precio de sus manos lo iba a valer, pero ahora no importaba absolutamente nada; ¿Cómo llego a esto? Pensó que se volvería loca, no saber ni su ubicación la ponía de nervios pero aquellos no le ganaban a su valentía, no iba a permitir que alguna persona de dudosa procedencia intentara hacerle algo sin al menos pelear; no es que fuera la más fuerte, solo era bastante tenaz y centrada en su objetivo.
Recordándose a ella misma, lo que es, que es propio de aquella azabache con ojos que representaban el fuego mismo, tomo fuerzas para sentarse y ver sus manos, un desastre, no pudo pensar en otra palabra que no fuera esa, sabía que sería muy difícil volver a hacer lo que hizo anteriormente, estaba en mal estado y la sangre que brotaba de su piel en manos lo demostraba. Dio un largo suspiro notando como hasta el movimiento tan simple de su pecho la hacía sentir agotada, tomando la decisión de huir antes de ser capturada.
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Enamorada de lo peligroso (Eldarya)
Fiksi PenggemarUna misión que cumplir, Fayna, total desconocida en todo ámbito en el mundo de Eldarya y aun así dioses y el mismo Oráculo confían en ella al ser la "elegida". Incluso con grandes convicciones y un fuerte sentido de la justicia el camino por recorre...