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Samantha nunca había amado la ciudad. Todo necesitaba mucho tiempo y ella era solo una persona.

Ella nunca podría mantenerse al día con toda conmoción pasando las 24 horas del día. Pero la academia de arte de Nueva York era su sueño, y cuando ella fue aceptada, decidió que podía hacer frente a vivir en la ciudad. Después de todo ella vivía junto a sus tres mejores amigas.

Todo el mundo asumía que Samantha estaba viviendo un sueño. Lo que era sin duda. Después de vivir en Miami por tanto tiempo, Samantha estaba deseando salir de esa ciudad. Es por eso que en cuanto se graduó, al atardecer se fue y llegó a Nueva York el día siguiente.

Mudarse a Nueva York era un sueño que compartía con sus tres amigas.
Samantha, Ama, Rocío y Molly, todas ellas habían crecido juntas desde su primer año en la escuela después de haber trabajado juntas en el backstage de la producción de la escuela llamada 'La Sirenita'. Cuando llegó su tercer año de escuela, recaudaron el dinero suficiente, enviaron sus solicitudes a la universidad, y se dieron cuenta de que su sueño se estaba haciendo realidad. Y ahora allí estaban, a dos meses de iniciar el semestre de otoño de su primer año de universidad.

Samantha amaba cómo su vida se iba transformando, pero aun así no podía dejar de sentirse cada vez más solitaria. No es que ella no tuviera amigos, porque ella tenía un montón de ellos. Simplemente le faltaba algo. En su segundo año la nota de que Samantha era lesbiana había salido a la luz. Esperaba que sus tres amigas se alejaran de ella, pero sorprendentemente a ellas no les importaba.

Ellas estuvieron con ella durante el periodo que ella recibió bullying constante. Samantha estaba eternamente agradecida por las compañeras que tenía. Sin ellas ahora mismo estaría muy lejos de ser lo feliz que es ahora. Pero de alguna manera, su sexualidad la retuvo. No era especialmente difícil encontrar otra lesbiana en las calles de New York, pero Samantha era extremadamente inexperta cuando se trata de estar en cualquier tipo de relación. Así que, por miedo, ella se mantenía soltera.

El momento en que ella empujó la puerta de su apartamento industrial compartido, fue recibida por sus tres compañeras de piso. Mejor dicho, por dos, considerando que Ama estaba durmiendo en el sofá. Molly y Rocío levantaron la vista de sus teléfonos móviles y sonrieron al saludar a la chica de cabello rubio.

"No adivinarás que pasó hoy," Rocío habló, olvidándose de su móvil y siguiendo a Samantha a la cocina.

"¿Recuerdas a aquella chica extranjera que había en mi clase de Hip Hop?"
ella preguntó, pero no esperó a que Samantha contestase.
"¡Ella me pidió el número de teléfono!" la chica aplaudió emocionada y Samantha no pudo aguantar la risa.
"No lo dudé ni un segundo cuando me dijiste que harías lo que fuese para que esto ocurra."

Samantha bromeó dejando caer su mochila de sus hombros en el suelo junto a la puerta.Rocío chocó su nariz con su compañera de piso y saltó sobre el mostrador.
"Así que... ¿qué hay de cena?"Rodando sus ojos, Samantha sonrió."¿No podrías haberte hecho amiga de algún chef?
Eso sería un favor para todas nosotras.
Estoy harta de ser la única que sabe cocinar," ella abrió la despensa, explorando cada rincón para ver qué alimentos juntar y hacer algo llamado comida.
"¡Voy yo!" Rocío habló, causando que Samantha se girara en confusión.

Ni siquiera había oído nada. Olvidándose de la cena, ella siguió a la chica hacia la puerta. El rostro de Rocío tenía una expresión irreconocible cuando abrió la puerta, y Samantha instantáneamente estaba confusa. Muy rara vez tenían visitas, y cuando las tenían era una persona que se había equivocado de departamento.

"¡Hola!"
la voz alegre sonó de detrás de la puerta. A Samantha instantáneamente le empezó a doler el estómago.
Ella corrió hacia el lado de Rocío para asegurarse de que no estaba alucinando, y efectivamente no lo estaba.
"¿Abril Garza?" Rocío preguntó.

YELLOW ( Rivari )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora