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–Samy –Abril se quejó, moviéndose fuera de los brazos de Samantha y picándola en el hombro–. Levántate, Samy, levántate.

Ella sacudió a Samantha y resopló. Abril se iluminó tan pronto como los ojos de Samantha se abrieron.

–¡Samy! ¡Hay una luz, Samy! –señalaba la ventana con felicidad, mostrando a la mayor el recién puesto sol haciendo camino por encima de los edificios alrededor de ellas.

Bostezando, Samantha se sentó, tratando de recordar qué había pasado la noche anterior. ¿Qué día es hoy? Mierda. Tenía clase en menos de una hora.

–Gracias –asintió a Abril y rodó fuera de la cama, frenéticamente examinando sus cajones buscando algo presentable para ponerse.

Abril se sentó tranquilamente en la cama, observando cómo Samantha se cambiaba a un par de jeans y un ligero suéter.

–¡¿Ama?! –Samantha llamó, corriendo por el pasillo y después dentro de su baño.

Abril la siguió de cerca, parándose en el marco de la puerta mirando cómo Samantha se ponía una ligera capa de maquillaje, tratando de que se viera un poco más despierta.

–¿Huh? –Ama asomó su cabeza por su puerta.

Rocío y Molly ya estaban en clase, y Ama no tenía clases hasta más tarde esa noche. Samantha regresaría a casa después de sus clases, alrededor del mediodía.

–Tengo clase –Samantha movió la cabeza en dirección a Ama antes de pasar el corredor y agarrar su mochila de su habitación.

Abril siguió siguiéndola mientras ella metía apresuradamente sus pertenencias dentro de la mochila.

–Así que tienes que cuidar a Abril.

Ama solo asintió, pasándose la mano por el cabello y siguiendo a las otras dos chicas al piso de abajo. Samantha tomó sus llaves, pero paró justo cuando estaba a punto de abrir la puerta e irse. Abril estaba justo detrás de ella, mirándola expectante.

–No puedes venir conmigo –Samantha levantó una ceja hacia Abril–. Tú tienes que quedarte aquí con Ama.

–No –Abril sacudió su cabeza.

–Sí, Abril, tengo clase –Samantha movía su pie impacientemente.

–Sí –Abril asintió una vez, causando que Samantha gruñera.

Ella le hizo una mirada suplicante a Ama, y la mayor tomó del brazo a Abril.

–Abril, podemos hacer panqueques para Samantha cuando vuelva –ella ofreció, asintiendo a Samantha para que se fuera mientras Abril estaba distraída.

Samantha murmuró un "gracias" y se deslizó por la puerta, justo a tiempo para oír a Abril quejándose cuando la puerta se cerraba. Tratando de deshacerse de cualquier culpa que tenía por irse, Samantha echó la mochila en el asiento del pasajero y salió a toda velocidad por la calle. La corta distancia hasta su escuela le dio tiempo para pensar en todo lo que estaba pasando con Abril. No comprendía cómo se estaba volviendo tan apegada a la chica.

Eventualmente, llegó al edificio de su escuela. Se dio cuenta de que iba cinco minutos tarde, maldiciéndose mentalmente por haber olvidado poner su alarma la noche anterior. Samantha había estado demasiado distraída por Abril.

Ella caminó hacia el fondo de la clase, deslizando su mochila en sus manos y buscó los bocetos que había hecho la noche anterior. No estaban a la vista.

–Mierda –resopló, agachándose y cavando aún más en su bolso.

–¿Está algo mal, Srta. Rivera?

YELLOW ( Rivari )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora