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Samantha se despertó a la mañana siguiente en una cama vacía. Le tomó unos segundos recordar lo que pasó la noche anterior, y cuando lo hizo, se levantó rápidamente y escaneó la habitación. Abril no daba señales de estar en ningún lado.

\- "¿Abril?" llamó, levantándose y caminando hacia la puerta de su habitación. Hubo un sonido detrás de ella cuando abrió la puerta. Se pausó un segundo y siguió el sonido, acabando frente a su armario. Cautelosamente, abrió la puerta del armario y se encontró con Abril, ampliando sus ojos cuando la vio.

\- "¿¡Qué estás haciendo!?" gritó sin aliento. Se agachó y la encontró revisando su libro de dibujos. "¿Dónde has encontrado esto?"

\- "Lo encontré," dijo levantándose y sonriendo extensamente.

Samantha frunció el ceño cuando vio las marcas de rotuladores en las manos de Abril. Ella agarraba el cuaderno de dibujo muy fuerte.

\- "Es mío." Samantha bufó. Caminó de vuelta a la habitación, sentándose en el suelo e instantáneamente abriendo la primera página. Su ira era más fuerte cuando se dio cuenta de que Abril había cubierto cada uno de sus dibujos con garabatos sin sentido. Horas y horas de trabajo duro ahora estaban arruinadas.

\- "¿En qué estabas pensando?" gritó Samantha, levantándose y lanzando el cuaderno de dibujos, este pegó en la pared, esparciéndose los papeles por toda la habitación. Abril al instante se tapó las orejas. "¿Tú sabes cuánto tiempo gasté en esto?" continuó con los brazos cruzados y mirando a Abril en la otra punta de la habitación.

\- "Son bonitos," Abril asintió levantándose y recogiendo un papel de los que Samantha había tirado.

\- "Eran bonitos, Abril, hasta que los arruinaste," espetó Samantha. "Justo como las flores. ¿Qué te dije de mantenerte alejada de las cosas bonitas?"

Abril la miró inexpresivamente antes de caminar hacia Samantha con un dibujo en la mano. Samantha gruñó y apartó el dibujo de su cara. Confusa, Abril inclinó la cabeza.

\- "¿Samy?"

\- "Ese no es mi nombre," la voz de Samantha era de enfadada. "No quiero hablar contigo, vete de mi habitación," gruñó señalando la puerta.

Abril dio un paso hacia atrás, todavía con el dibujo en la mano.

\- "Yo... lo siento," miró a Samantha suplicante.

\- "¡No me importa!" dijo, agarrando a Abril por los hombros y sacándola al pasillo. "Déjame sola," dijo dando un portazo en la cara de Abril y asegurándose de que estuviese bien cerrada. Esperó hasta que escuchó pisadas alejarse de su habitación antes de colapsarse en su cama.

El cuaderno de dibujo era el tesoro más preciado de Samantha. Nunca dejaba que nadie lo tocase. Tenía que estar sola para abrirlo y dibujar en él. Meses y meses de trabajo duro ahora a la basura. La ojiverde se sentó y observó los papeles esparcidos por el suelo. Tenía que haber sabido que pasaría esto cuando dejó entrar a Abril a su cuarto.

Con un gesto de frustración, se levantó y recogió cada hoja que había en el suelo, revisándolas, pero todos los dibujos estaban llenos de garabatos. Rezaba porque hubiese uno o dos impecables. Obviamente no los había. Cada página tenía marcas de rotulador. Un dibujo en particular capturó su atención, sin embargo.
El dibujo a medio acabar de las margaritas de ayer. Parecía como si Abril hubiese intentado terminarlo, añadiendo flores encima de los tallos que Samantha había dibujado con lápiz. Cerró sus ojos y suspiró, dejando los dibujos de vuelta en el cuaderno y guardándolo.

Samantha acabó durmiéndose una vez más, pero solo durmió por unos minutos. Sin embargo, Rocío tocó la puerta.

\- "¿Dónde está Abril?" gritó a través de la puerta. Samantha cerró los ojos, se levantó y abrió la puerta. Rocío miró dentro y se dio cuenta de que Abril no estaba allí dentro. "Pensé que habías dicho que estaba contigo."

YELLOW ( Rivari )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora