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Dejar a Abril por segunda vez no fue nada fácil. En todo caso, esto se convirtió en algo mucho más difícil ya que ahora Abril sabía lo que estaba pasando.

-Voy con Samy - se quejaba Abril, mientras la chica polinesia la sostenía detrás de la puerta. Samantha estaba en la puerta que daba hacia el corredor, mordiéndose el labio y dudando en salir.

-Vas a venir de compras con nosotros hoy, Abril - elevó la voz Molly. -Samantha va a volver pronto. - Rocío agitó su mano hacia Samantha, con un gesto para que se fuera.

Samantha suspiró y se fue por la puerta, mientras que Abril estaba distraída.

-¡Samyyy! - gritó Abril, tratando de zafarse de las garras de Rocío. Rocío se aferraba fuertemente a la pequeña chica, echando una mirada de ayuda a Molly.

-Es como si estuviéramos criando a una niña - murmuró Molly. Abril todavía estaba tratando de correr hacia la puerta, y Rocío luchaba por aferrarse a ella.

-Samantha se ha ido, Abril - dijo Rocío con firmeza. Se estaba frustrando cada vez más con el hecho de que Abril era tan persistente en estar al lado de Samantha 24/7. La pequeña chica se dio la vuelta y miró a Rocío con rabia.

Las manos de Rocío aún seguían firmemente agarrando las muñecas de Abril, por lo que se decidió por patalear y golpear la pierna de la pequeña mesa junto a la puerta. La madera se agrietó fácilmente bajo la fuerza de su patada, haciendo que la tabla se cayera y el florero de cristal que estaba en la parte superior de la misma se estrellara contra el suelo. Molly y Rocío se quedaron boquiabiertas mientras el cristal se esparcía por todas partes. Abril de inmediato gritó y se tapó los oídos con sus manos, que Rocío había dejado libres con la sorpresa de la caída del florero.

-¡¿Por qué demonios hiciste eso?! - gritó Rocío, dando la vuelta y mirando a Abril. La chica más pequeña dio unos pasos hacia atrás y se llevó las manos delante de su cara.

-Por favor - ella negó con la cabeza violentamente. Rocío y Molly intercambiaron miradas confusas de cómo Abril seguía tomando pasos lentos lejos de ellas.

-Mala - murmuró Abril, golpeándose la cabeza con el puño. -Mala, estúpida - negó con la cabeza y se seguía golpeando la cabeza. Rocío levantó una ceja a Molly, que estaba tan perdida como ella.

-Estúpida - pronunció Abril en voz baja. -Estúpida, estúpida, estúpida - su voz se hizo más fuerte y comenzó violentamente a golpearse su cabeza con ambos puños. Su espalda se deslizó hacia abajo contra la pared y ella continuó golpeándose a sí misma con sus puños.

-Abril, no hagas eso - rápidamente corrió Rocío hacia la chica y se deslizó a su lado.

-Hey, hey, no eres estúpida - le agarró las manos de Abril y las mantuvo lejos de su cara.

Abril miró a Rocío, su labio inferior temblaba. La polinesia se sentía extremadamente culpable por gritarle. Miró a Molly que ya estaba barriendo el vidrio roto.

-Estúpida - negó Abril con la cabeza y trató de poner sus puños de nuevo en su cabeza. Rocío mantuvo un firme control sobre sus muñecas, y Abril se quejó de frustración.

-Estúpida, mala, mala, Abril.

Rocío se mordió el labio y se sentó al lado de la chica.

-No eres mala o estúpida - dijo Rocío en voz baja, sin saber cómo reconfortar a Abril.

-Yo lo maté - gimió Abril, señalando el florero y la mesa junto a la puerta. Comenzó a llorar en voz baja, mientras las lágrimas fluían por sus mejillas manchando la camisa.

—Está bien, Abril, es sólo un florero. Podemos comprar uno nuevo —Rocío movió la cabeza

—. Está bien, te lo prometo. ¿Quieres algo de comer? —Ella trató de distraer a la más pequeña, esperando que la comida despejara su mente de lo que había hecho.

YELLOW ( Rivari )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora