Samantha se despertó sobresaltada cuando la manta fue jalada, lo que hizo que ella que estaba enredada en ella volara fuera de la cama y cayera al suelo con un fuerte ruido. Se quejó, todavía medio dormida, y miró a Rocío y Molly de pie encima de ella.
— Tú tienes la culpa que te cayeras — Rocío tiró la manta en el suelo. — Hoy es el día, vístete y lleva tu culo abajo para el desayuno.
La chica de ojos verdes esperó hasta que sus compañeras se fueran para desenredarse a sí misma de las mantas tropezando sobre sus pies. Hoy era el día. El juicio de Abril. El día en que las cosas podrían llegar a ser 100% más reales.
Diciéndose a sí misma en no pensar en ello, Samantha puso música en sus altavoces para mantener su mente ocupada. Ella se cambió en unos leggins y una camiseta de una banda, poniéndose su chaqueta de cuero encima ya que la temperatura decrecía.
Se miró en el espejo, dándose cuenta de lo agotada que estaba. Coincidía con la forma en que se sentía. Suspirando, se echó agua fría en la cara para tratar de despertar. Pero no ayudó de mucho.
En el momento en que puso un pie en la cocina, un tazón de cereales se posó en sus manos. Ama le dio una suave sonrisa y apuntó con la cabeza hacia sus otras compañeras en la sala de estar. Samantha se sentó en la alfombra ya que el sofá estaba lleno, dándose cuenta de que estaba sentada en el lugar habitual de Abril. Se tragó el nudo en la garganta y miró a sus compañeras.
— ¿Nerviosa? — Molly le preguntó. Samantha asintió tomando un bocado de su comida y jugando nerviosamente con un mechón de la alfombra.
— No eres la única — la chica de piel oscura respondió, señalando a las otras dos chicas en el sofá y a ella misma. — Ninguna de nosotras sabe qué esperar.
Samantha se mordió el labio. Al menos ella no estaba sola en esto. No sabía qué hubiera hecho si hubiera manejando todo esto sola.
— Gracias chicas — susurró, asintiendo con la cabeza una vez. — No sé qué haría sin ustedes.
— Nos metimos en esto juntas, es justo que lo resolvamos juntas — Ama asintió, dando a la chica en el suelo una suave sonrisa. Samantha le devolvió el gesto y terminó el resto de su desayuno en silencio. Sin embargo, esto fue una mala idea, ya que sólo permitía que sus pensamientos empezaran a correr.
Independientemente de lo que pasara ese día, ella estaría en la misma habitación que Abril. Ella iba a ver su cara, y seguiría tratando de aferrarse a esa simple bendición. Y tal vez, sólo tal vez, ella conseguiría abrazarla.
El viaje hasta el tribunal fue en total silencio, aparte de las quejas ocasionales de Rocío sobre el tráfico. Las cuatro chicas estaban extremadamente nerviosas. Samantha empezó a morder ansiosamente sus uñas, un hábito que había tenido desde que era una niña.
— Aquí estamos — Rocío exhaló. Aparcando el coche, la polinesia contempló el edificio frente a ellas y respiró hondo. Al minuto que Samantha vio el nombre del edificio, se sintió mal del estómago. Esto realmente estaba sucediendo, no era sólo un sueño.
Las otras tres chicas se salieron del coche, pero Samantha permaneció congelada en su asiento, teniendo toda clase de pensamientos en su mente. Esto era real. Se sobresaltó cuando sintió una mano en su hombro, volviéndose y encontrándose con la mano tendida de Rocío para ayudarla a salir del coche. Tragándose el nudo en la garganta, Samantha permitió que la otra chica la llevara fuera del coche para subir las escaleras de la corte.
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Diez minutos más tarde, las cuatro amigas estaban sentadas en un banco de madera incómodo, escaneando la habitación nerviosamente. Samantha se mordió el labio.
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YELLOW ( Rivari )
FanfictionPRIMER LIBRO EN LA SERIE 'YELLOW' Samantha rivera odiaba a abril garza, simple y llanamente. Por supuesto, ¿quién podría culparla? Abril había sido la que leyó sus textos privados de Samantha frente a toda la cafetería, obligándola a salir del armar...