𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐑𝐎𝐓𝐎𝐒 [Roberto Cein X Tú]✓

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—¿Por cuanto tiempo seguirás así?.— cuestionó mi novio 

—¿Así como?.— cuestioné y me señaló 

Había pasado una semana desde que me quedé desempleada, la jefa de la televisora se había molestado tanto que habló con bastantes de sus contactos para cerrarme la puerta de las televisoras y una que otra productora. Todos me habían dado la espalda, nadie quería interceder para salvarme, por primera vez en mi vida estaba disfrutando de no hacer nada y por alguna razón era lo más jodido que pude experimentar 

Durante esta semana entré en una clase de depresión; perdí mi trabajo y perdí a Manu, esas dos razones me habían mantenido viva durante los últimos años de mi vida así que perderlos de un momento a otro fue catastrófico 

—Llevas más de cuatro días sin salir de tu casa, siempre que vengo a verte estás en pijama.— exclamó —Eso es extraño para mí. Siempre te veía bien pinche arreglada y ahora pareciera que solo te despiertas a deambular por toda tu casa.— 

—No tengo nada más que hacer.— dije —Perdí mi empleo que era básicamente lo único que  conocía, perdí mi buena imagen pública y perdí a Manu.— 

Mi relación con Roberto se hizo pública ese día y aunque muchos estaban contentos aún existían el grupo de subnormales que seguían atacándome sin razón. Habían muchos comentarios en contra de mi novio y muchos en contra mío, igual era lo que menos me importaba ahora 

—Manuel es un pinche naco imbécil.— dijo y asentí estando de acuerdo 

Manu había pasado años siendo mi mejor amigo, confidente y manager. Ahora simplemente era un desconocido, el cariño que sentía por él no se iría de la noche a la mañana pero aún así estaba frustrada por como me había vendido ante la jefa sabiendo que yo terminaría mal.

—Siento que me va a dar depresión.— murmuré y me miró confundido —Me siento muy triste.— 

—Sabes que te amo demasiado.— dijo —Pero la depresión no solo es tristeza.— 

—¿Ahora también eres psicólogo?.— cuestioné suspirando 

—No es eso pero quiero explicarte algo que aprendí hace poco.— respondió —La depresión es una pérdida grande que se alimenta de perdidas pequeñas, esto te aísla y te hace alejarte de tu rutina.— 

—Literalmente me acabas de dar la razón.— dije —Tuve una pérdida grande que fue mi trabajo y se podría decir que eso se alimentó de las perdidas pequeñas, como la pérdida de mi amistad con Manu y de mi vida con él, perdí más oportunidades de trabajo y perdí lo que construí por bastantes años.— 

—Pero no hemos dejado que esas pérdidas te aíslen.— aclaró y señalé todo a mi alrededor 

—Estoy encerrada aquí desde hace una semana, ni siquiera he tenido la fuerza de maquillarme.— recordé —¿Qué tan aislada debo de estar para que se considere depresión?.—

Parecía que tenía un novio que sabía un poco de todo así que aprovecharía un poco, quizás estaba mal dejar que me "psicoanalizara" pero me distraía un poco de todo lo que llevaba días atormentándome 

—Antes de que te aísles aún más te sacaré de aquí.— avisó —Te mostraré que hay una buena vida aunque ya no sea solo lo que tú conoces. Es bueno que hayas cerrado un ciclo y sé que te dolerá pero debes soltar eso, habrás nuevas oportunidades, te lo aseguro.— 

—Soy una actriz fracasada que nadie quiere contratar.— recordé —¿Qué nuevas oportunidades habría?.— 

—Podemos buscar algo que te haga sentir bien, no te cierres a una sola opción.— pidió 

—Realmente no quiero buscar algo más.— confesé —Tengo bastantes ahorros para mantenerme hasta que me muera, puedo simplemente quedarme aquí sin hacer absolutamente nada.— 

Solo bastó que dijera eso para que me mirara mal

—En este momento vas a ir a ponerte bien chula, lo más que puedas.— fue más una orden —Me vas a acompañar a mi casa.— 

—No quiero ir.— me crucé de brazos 

—Si quieres ir.— discutió con una leve sonrisa, ese simple gesto me derretía por alguna razón 

—Me quieres sacar de mi casa para ir a tu casa.— recordé —Mejor quedémonos aquí.— 

Él de inmediato negó con su cabeza

—Ya todos saben que somos novios así que podemos salir a recorrer algunos lugares.— dijo —Tú viviste la mayor parte de tu vida en sets y yo puedo mostrarte algunos lugares buenísimos de la ciudad, aprovechemos esta oportunidad para tener alguna cita.— 

—Pero la gente nos va a reconocer y será incómodo.— dije 

—Es un riesgo que estoy dispuesto a correr.— sonrió —Te llevaré a la cita más estúpidamente romántica que puedas imaginar.— 

¿Debería confiar en eso? Sabía que él no se rendiría hasta lograr que saliera de mi casa así que simplemente me resigné

—Más te vale que valga la pena.— amenacé y me acerqué para dejar un pequeño beso en los labios 

Me alejé de él para dirigirme a mi habitación a arreglarme, debía darme una oportunidad de salir de mi rutina... Querido Roberto, ¿por qué te volviste tan indispensable en mi vida?