Cuenta Ethan:
Me llamo Ethan, tengo 21 años y desde que comencé mi carrera universitaria he estado enamorado de mi profesor, Alex. Es el hombre más guapo que he conocido: Alto, ojos café, pelo negro y un cuerpo musculoso que deja sin aliento.
Eran las 07:00 AM y ya estaba listo para irme hacia la universidad. Después de una ducha rápida, me vestí y agarré mi mochila. Salí de mi edificio y caminé por las frías calles de la ciudad, dejando que el aire fresco despejara mi mente. Tras una hora de caminata, llegué a la universidad. Con el corazón latiendo rápidamente, me dirigí a la sala de clases.
Al entrar, mis ojos se encontraron con los de mi profesor. Suspiré internamente, intentando calmar los nervios que siempre me provocaba su presencia.
—Buenos días Ethan —me saludó con una sonrisa que hizo que mi corazón diera un vuelco.
—Buenos días profesor —respondí tímidamente, sintiendo cómo se me revolvía el estómago.
Me senté en mi lugar habitual y saqué mis libros, intentando concentrarme en la clase. Sin embargo, mi mente divagaba constantemente hacia él. Necesitaba su atención, pero ¿Cómo conseguirla sin parecer demasiado obvio? Entonces, se me ocurrió una idea arriesgada: Bajar mi rendimiento a propósito. Tal vez, si mis notas caían, Alex notaría mi necesidad de ayuda y me ofrecería algo para ayudarme.
Era difícil concentrarme en la clase cuando el estaba frente a mí, explicando con pasión los temas de su especialidad. Mi corazón latía con fuerza, y a menudo me encontraba mirándolo más de lo necesario. Había ideado este plan desde hacía semanas: Empezar a bajar mi rendimiento para llamar su atención y, finalmente, lograr que me ofreciera algo para estar más cerca de él.
Cada día, mi actuación se volvía más convincente. Las notas bajaban, y mi preocupación crecía, pero sabía que era necesario para lograr mi objetivo.
Un viernes por la tarde, después de entregar los exámenes corregidos, Alex me llamó al final de la clase.
—Ethan, necesito hablar contigo sobre tus notas —dijo con un tono serio pero amable a la vez.
Mi corazón empezó a latir más rápido. Esto era exactamente lo que esperaba, aunque sentir su preocupación genuina por mí me hacía sentir un poco culpable.
—Claro profesor —respondí, intentando no parecer demasiado ansioso.
Nos dirigimos a su oficina, un lugar que siempre había imaginado en mis sueños, aunque en contextos mucho menos académicos. Cerró la puerta y me indicó que me sentara.
—Ethan, he notado que tu rendimiento ha caído significativamente. Sé que eres capaz de mucho más ¿Hay algo que te esté distrayendo? —preguntó, mirándome directamente a los ojos.
Tragué saliva, sintiendo el calor en mis mejillas. No podía decirle la verdad, no aún.
—He estado... teniendo algunos problemas para concentrarme profesor —mentí, bajando la mirada.
Él suspiró y asintió.
—Entiendo. Quiero ayudarte Ethan ¿Qué te parece si te doy clases particulares después de las horas de clase? —ofreció.
Mi corazón dio un brinco. Esto era lo que había estado esperando.
—Eso sería genial profesor. Gracias —dije, intentando ocultar mi emoción.
Alex sonrió y me sentí más ligero, como si todo el mundo se hubiera abierto ante mí.
—Perfecto. Comenzaremos mañana ¿Te gustaría en mi casa o lo hacemos aquí mismo? —preguntó.
—Aquí esta bien. —mentí, ya que en realidad deseaba que fuera en su casa pero no me atrevía a decirlo.
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Las clases del Alfa
Romance〔PARTE 1 Y 2 DISPONIBLES〕 Ethan, un estudiante universitario omega, lleva tiempo enamorado de su profesor alfa, Alex. Así que, para llamar la atención de su profesor, Ethan decide empezar a bajar su rendimiento y tener malas notas apropósito. Con es...