Ethan:
Una vez dentro del depto, dejé a Noe en mi habitación con uno de sus juguetes para que se entretuviera un rato mientras Anna y yo nos íbamos al living para yo poder explicarle la razón por la que salí tan apurado de la feria. Acto seguido, nos sentamos en el sofá frente a frente.
—Ahora si, ¿puedes explicarme todo esto, Ethan? —en su rostro era obvia la confusión.
Inhalé y exhalé, tratando de controlarme. A pesar de ya haber pasado varios minutos de lo ocurrido afuera, el corazón no paraba de latirme y a mi mente le era totalmente imposible tratar de procesar lo de reencuentro con mi profesor. Al final, sabía que tenía que ir directo al grano si quería ser comprendido por mi amiga.
-Lo vi, Anna; lo vi. -ella me miró con atención, esperando más argumentos por mi parte. -Cuando estábamos caminando por la feria, a lo lejos vi... -tuve que tomarme una pausa puesto que las palabras no me salían. -Vi a Alex, mi profesor.
Al instante sus ojos se abrieron como platos y a la vez se llevó una mano a la boca, completamente anonadada.
—E-es una broma, ¿no?
Negué con la cabeza.
—Joder...
No sabía cómo verga sentirme en esos momentos. De repente, justo cuando estaba apunto de volver a hablar, ambos escuchamos el sonido del timbre. Confundido, me levanté, miré por el ojito de la puerta y el corazón se me salió del cuerpo cuando puede volver a divisar a la persona que que hasta hace un par de años había fingido amarme.
—Mierda es el. —me volví hacia mi amiga, susurrandole.
—¿Le vas a abrir?
Lo debatí internamente, hasta que finalmente decidí hacerlo.
—Ve a mi habitación y enciérrate allí con Noe. -—fue mi último susurro antes de girarme y agarrar el pomo de la puerta.
Al abrir la puerta tuve que contener las ganas de llorar y abalanzarme sobre el para poder sentir sus brazos envolver mi cuerpo después de tantos años. No lo hice, lo sé... pero anhelé hacerlo puesto que aun lo amaba. Alex estaba completamente diferente en cuanto a su físico, como si hubiese hecho un Glow up; pero no sabría como describirlo con certeza. En su rostro, había una mirada de tristeza y preocupación.
—Ethan... —me llamó en voz baja.
No supe que hacer o como reaccionar ya que me sentía paralizado; era como si todo mi pequeño mundo que tanto me estaba costando reconstruir pieza por pieza se estuviera destrozando de nuevo debido a la simple razón de que esos tan lindos ojos color café claro me mataran otra vez con solo verme. Mi profesor, el hombre que tanto he amado, había vuelto.
—A-Alex. —mi voz tembló.
«Joder, ¿que hago? ¿Lo dejo pasar?»
Como si mi profesor pudiese oír mis pensamientos, me hizo a un lado con sus fuertes brazos y entró a mi departamento.
—Hola, Ethan. -—dijo, nervioso. —¿C-como estas?
—No lo sé. —estaba tan hipnotizado por volver a ver su mirada clavada en la mía que ahora no era yo quien controlaba mis palabras. —¿Tú? ¿Estas bien?
Se llevó su mano a la cabeza y se pasó la por el cabello.
—Yo estoy bien. ¿Nuestro hijo... ya nació?
Asentí.
—¿Está aquí? ¿Puedo verlo? Traje un regalito para el.
¿Un regalo, de verdad? ¿Alex había venido solo para eso? Pero, aunque lo fuera, no podía evitar de que las ilusiones se apoderaran por segunda vez y más aun ya que... mierda, ¿cómo lo digo sin parecer ingenuo?
Al parecer se sentía arrepentido por su forma de hablar.
—No, no está aquí en este minuto. —mentí.
—Oh, vale. -bajó la cabeza mientras a la vez metía su mano en el bolsillo de su poleron color amarillo y sacaba una pequeñita caja. —Cuando esté aquí, ¿se lo puedes dar? Es una pulcerita de plata.
Extencí mi mano para recibir el regalo mientras que a la vez me estaba empezando a emocionar por el simple detallito de Alex.
—Si, claro. Muchas gracias.
Asintió y procedió a caminar hacia la puerta para irse.
—Se llama Noe y tiene 2 años, por si querías saber. —le informé antes de que marchara y posiblemente no vuelva a verlo.
—Lindo nombre...
Sin poder resistirme más y con la necesidad de hacerlo, me giré para caminar hacia el y abrazarme a su cuerpo con la mayor fuerza posible y a la vez hundiendo mi rostro en su pecho dejando que mis lagrimas salieran libremente, todo esto para aprovechar los últimos segundos junto a él.
Al final se apartó de mi sin decir nada, se fue y me dejó con mis ojos más que hinchados. Todo esto había sido una conversación incómoda, pero que al final valió la pena según mi perspectiva.
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Las clases del Alfa
Romance〔PARTE 1 Y 2 DISPONIBLES〕 Ethan, un estudiante universitario omega, lleva tiempo enamorado de su profesor alfa, Alex. Así que, para llamar la atención de su profesor, Ethan decide empezar a bajar su rendimiento y tener malas notas apropósito. Con es...